Versos del 1 al 21
Ministros de Cristo. Pablo entra ahora en el terreno personal. Responde a las críticas de los corintios con toda la riqueza de su carácter fuerte y pasional.
El Apóstol, se defiende, por supuesto. Conoce la mediocridad y la falta de inteligencia de sus adversarios, pero acepta que se burlen de él.
Comienza diciendo que lo importante es que la gente lo considere a él y a sus compañeros como “servidores de Cristo y administradores de los secretos de YEHOVAH Dios” (vs 1).
Tomando en cuenta que lo principal para un administrador es que sea fiel (vs 2). Ni más ni menos.
Aunque está dispuesto a admitir sus fallos, confiesa lo que ha significado y significa ser servidores de YEHOVAH Dios y fieles a la misión encomendada.
Ser exhibidos como los últimos, como condenados a muerte como espectáculo de burla, como locos; padecer hambre y sed; ir medio desnudos; ser despreciados; vagar a la aventura; recibir golpes; fatigas; trabajo físico; calumnias; insultos; persecuciones.
“Somos la basura del mundo, el desecho de todos hasta ahora” (vs 13).
A todo esto, los misioneros del Evangelio responden con la actitud de Cristo: “bendecimos… resistimos… consolamos” (vs 12-13).
Se muestra como el Padre que amonesta a sus hijos queridos a los que ha engendrado para Cristo.
Les promete una visita y esta vez se presentará a ellos, no temblando y lleno de miedo como en la primera vez, sino con el ejemplo de su vida que procede de la fuerza del Evangelio.