Versos del 1 al 15
En la enfermedad hay que suplicar a Dios porque del Altísimo viene la salud, por ello, sugiere una serie de pasos:
Orarle a YEHOVAH DIOS (vs 9) y arrepentirse, renunciando a las malas acciones y volver el camino a YEHOVAH DIOS (vs 10).
Debes luego ofrecer una Ofrenda escogida entre tus bienes (vs 11) consiste en poner a YEHOVAH DIOS en primer lugar.w
Puedes contar con el médico, quien también debería estar en manos del Creador para que su medicina tenga éxito (vs 12).
Porque continua Ben Sirá afirmando que en algunos casos el restablecimiento viene de parte del medico, porque el que peca en presencia de su Creador, ¡que caiga en las manos del médico! (vs 15).
Versos del 16 al 23
Duelo. También en el momento crucial y definitivo de la vida humana, la muerte, se tiene que notar la calidad de vida del sabio.
En primer lugar, a la muerte hay que mirarla como una realidad absolutamente inevitable, y en segundo lugar, cuando le llega a cualesquiera de quienes nos rodean, lo más sano y justo es hacer duelo por ellos.
Llorarlo, sepultarlo y hacer duelo, pero con un espíritu que vive para su Hacedor, sabiendo que después de la muerte física el justo está guardado para el día de la resurrección.
Y esto se debe a que descansó en Yeshúa, se levanta en las nubes junto con Yeshúa para el reino Milenial, perseverando en santidad para habitar en el reino definitivo, Yeshúa dice que donde ÉL esté, estarán sus seguidores (Juan 14, 1-4).
El apóstol Pablo nos dice que no debemos entristecernos hasta el punto de confundirnos con los paganos que no tienen esperanza, ya que al final una vez juzgada la muerte, YEHOVAH DIOS enjuagará toda lagrima y la comunidad de los Santos Justos que viven conforme a su Palabra, se alegrará en ÉL para siempre, sin volver a probar la muerte.
En esta tierra somos peregrinos que vamos de camino al Reino definitivo preparado por Yeshúa Ha Mashiaj para su novia, la Ekklesía.
Versos del 24 al 34
Artes y oficios. Según Ben Sirá a la sabiduría sólo pueden acceder aquellas personas que no tienen que jugarse la vida en la lucha diaria por conseguir el sustento.
El agricultor, el herrero, el alfarero, en fin, el obrero de nuestro tiempo, el reciclador, el que se rebusca la vida en lo que puede, no podría llegar a sabio según este criterio.
No olvidemos que esa era la forma de pensar de la época del autor, pensamiento influenciado por los griegos, para quienes las personas dedicadas a estos oficios eran prácticamente esclavos y, por tanto, excluidos del mundo de los amos y señores.
La Sabiduría al igual que la artesanía requieren de estudio y práctica para hallar la erudición, de tal forma, que el experto artesano desarrolla sus propias técnicas, para la ejecución de los trabajos artísticos que confeccionan.
Sin embargo, no se le puede tomar en cuenta para la asamblea de los santos consejeros, puesto que todo su conocimiento está puesto en la transformación de la materia prima que utiliza.
El sabio, por otro lado, medita continuamente en los dichos de la sabiduría que se desprenden de la meditación de la Ley de YEHOVAH DIOS, los examina poniéndolos en práctica y se goza al experimentar la certidumbre.
El hombre dado a la sabiduría no posee la pericia del artesano, más, sin embargo, su consejo sostiene la integridad del pueblo que le sirve a YEHOVAH DIOS.
Poner en práctica las leyes de Yehovah Dios que son justas adquirimos entendimiento y sabiduría para tener una vida santificada porque ya no vivimos bajo los placeres de la carne.