Este salmo se titula, “Al jefe de los músicos. Un salmo de David”.
Tiene un tema familiar para muchos de los otros salmos de David, en donde clama a YEHOVAH DIOS en los tiempos de angustia.
Este problema parece ser calumnias en su contra, tal vez durante el tiempo en que era un fugitivo escapando de la corte de Saúl.
Al jefe de los músicos podría tratarse del Señor YEHOVAH DIOS mismo, otros suponen que podría ser el líder de un coro o de los músicos del tiempo de David, como lo eran Heman el cantante o Asaf (1 Crónicas 6, 16; 16, 7; 25, 6).
El escritor deseaba que este salmo experimental estuviera a cargo del jefe de las canciones, para que no fuera dejado sin ser cantado, ni tampoco fuera cantado de una mala manera.
Verso del 2 al 4
Hombre malo, palabras malas, maquinaciones malas, orando por liberación.
Muchas veces durante su vida David sufrió bajo la presencia, la presión del mal y de los hombres violentos.
Esta canción desesperada viene de uno de esos tiempos y muestra su urgencia al no tener ningún preludio de alabanza o contemplación, David fue directo al punto de su petición.
Aquellos hombres malos eran conocidos por los males de sus corazones, sus malas acciones no eran accidentes desconectados de su propia naturaleza, demostrando que ellos siempre estaban listos para el conflicto y la guerra.
El deseo de la guerra y las maquinaciones son constantemente expresadas con palabras agudas y venenosas, David sintió tanto el aguijón como el veneno de tales hombres y sus palabras.
Selah se repite tres veces en el Salmo 140 y aquí indica que la profunda maldad del hombre es digna de nuestra cuidadosa consideración.
Muchas veces pensamos muy poco de la grandeza de DIOS y muy poco del pecado y la maldad del hombre.
Versos del 5 al 6
Orando por preservación, en la primera porción del Salmo David reconoce la presencia de los impíos y de los hombres violentos, entonces le pide a YEHOVAH DIOS, “protégeme de las manos del impío”.
Ellos esperaban que David se tropezara con una serie de cuerdas escondidas con redes y lazos, muchas de las cuales han expresado en sus palabras venenosas (verso 4).
David no estaba ciego a las trampas, pero no había perdido la esperanza en la ayuda de YEHOVAH DIOS.
Cuando consideró el peligro que venía de aquellos que se oponían a él, la necesidad de un detenerse a pensar nació.
Versos del 7 al 9
Buscando la ayuda de YEHOVAH DIOS, orando al DIOS de fuerza y salvación.
Esta era la razón para la esperanza de David y su confianza en YEHOVAH DIOS, no adoraría a ningún otro DIOS, su fidelidad le pertenecía solo al Altísimo.
Esta devoción le da la confianza que el Justo Juez escucha la voz de sus ruegos, no solamente escucha las palabras de clamor, sino también la voz del clamor, es distintivo y con significado para ÉL.
David calmó a YEHOVAH DIOS su Amo, Señor, Adonai, reconociéndolo como el Señor de su vida y que no hay ningún otro DIOS, el verdadero DIOS podía ayudar a David, siendo el potente Salvador suyo.
Conocía muchas batallas literales, pero también luchó a través de muchas batallas con hombres mentirosos y calumniadores.
David testificó que DIOS fue su protección, su escudo y su armadura en esas batallas.
Al reconocer la supremacía de YEHOVAH, David afirmaba que si DIOS fuera a ayudar al impío, entonces ellos serían exaltados, oraba para que el Altísimo obrara en favor de Su Pueblo y en contra de los deseos del impío.
Cuando David consideraba la necesidad que los impíos sean detenidos en sus planes, nació la necesidad de detenerse a pensar.
Versos del 10 al 12
La oración de David concerniente a los impíos, dado que no conocemos la ocasión exacta en la que David hizo esta oración, no sabemos a quién se refiere cuando dice “que no alcen la cabeza”.
Podría tratarse de Saúl, quien fue un largo y persistente enemigo de David o Doeg, quien era un malvado violento hombre quien trajo un reporte falso en contra de David en 1 Samuel 21 y 22.
David simplemente oró por justicia en lo concerniente a sus enemigos, oró para que fueran cubiertos por el mismo mal que ellos habían buscado para otros.
Bajo el Nuevo Pacto se nos dice que no paguemos mal con mal (Romanos 12, 17), pero simpatizamos con el clamor de justicia de David.
David oró para que el mismo fuego que los impíos derramaron sobre otros, fuera derramado sobre ellos, para que esto destruyera a los impíos y fueran perseguidos por el mal hasta que fueran derrocados.
Estos hombres malvados cazaron a David (Versos 5-6), oró para que lo mismo les pasara a ellos, que los cazadores se convirtieran en la presa de sus propios males.
Versos del 13 al 14
Confianza en la victoria de YEHOVAH DIOS, David permanecía confiado en que YEHOVAH DIOS protegería a Su pueblo afligido.
Esto significaría justicia para el pobre y para otros que sufren por las palabras y las obras de los impíos.
El Salmo termina con una nota de confianza, aunque asaltado por los impíos, David pone su confianza en el Señor y le entrega todos sus deseos de retribución.
David cree que al final los justos estarán agradecidos y “los hombres rectos se quedarán en tu presencia”, la mejor recompensa de todas.