Versos del 1 al 36
El padre o los ancianos de la comunidad transmiten a la joven generación estos conocimientos surgidos de la experiencia.
Corrigen y solicitan afanosamente que tal corrección sea aceptada con agrado, porque sólo quien ama corrige y sólo quien se siente amado es consciente de que la corrección es un bien, signo de acompañamiento y solidaridad.
Este trabajo también es asumido con idéntica función por la corriente de sabios, los cuales elevaron la sabiduría del pueblo a las altas esferas de la corte.
Haciendo de ella una posesión prácticamente exclusiva de la aristocracia y de aquellos que podían permitirse el lujo de pagarse a un buen maestro.
De este modo se desvirtuó el papel de la sabiduría en el plan de Dios y dejó en entredicho la orientación primera de la justicia.
El hombre envidioso o codicioso, que secretamente te reniega de la carne que pone delante de ti, como esta frase, Proverbios 28, 22; Mateo 20, 15; como, por el contrario, se dice que un hombre liberal tiene buen ojo, Proverbios 22, 9.
En el verso 9 vemos que el necio no recibirá ni apreciará tu sabiduría, será como Jesús lo describió más adelante, como arrojar perlas a los cerdos (Mateo 7, 6).