Versos del 1 al 4
Riqueza, honor y vida son los tres pilares fundamentales que la sabiduría considera debe tener una persona para poder decir que vive bien.
Pero ni la riqueza, ni el honor, ni la vida se adquieren mediante trampas o juego sucio, son fruto del “respeto de Dios” (vs 4), expresión que equivale a decir que son fruto del cumplimiento de los preceptos divinos, cuyo eje principal es la justicia.
Versos del 5 al 12
El sabio es, ante todo, aquél cuya vida es clara y limpia, en contraposición está el camino de los perversos, cuya vida y acciones son descritas como trampas y lazos, también son pendencieros e insolentes, por eso se aconseja apartarse de ellos y educar al muchacho para una vida de bien.
Una vida recta es apreciada por el rey, la gran mayoría del pueblo anhelaba obtener el favor del rey, pues bien, ese favor se logra a base de una vida recta y de una conducta intachable.
Versos del 13 al 15
La sabiduría va de la mano con la diligencia, el ser humano diligente saca provecho de todo en la vida, por el contrario, el holgazán siempre encontrará y hasta inventará cualquier pretexto para mantenerse en esa actitud.
El corazón joven, tierno e inexperto, sigue fácilmente esta tendencia, de ahí la necesidad de educar y corregir.
Verso 16
En el libro de Éxodo se narra que cuando Faraón traía mayor opresión de esclavitud sobre los israelitas, el esfuerzo realizado procuraba que tuviesen mayor salud y con ello una mayor fertilidad que los sedentarios egipcios.
Por ello, la prosperidad del pueblo oprimido se multiplicó efecto contrario al que buscaba el Faraón opresor.
El pobre cuenta con la facultad de tener a YEHOVAH DIOS como su ayudador y a mayor presión intensifica su clamor, obteniendo así favor y gracia sobrenaturales, que le hacen multiplicar las fuerzas y por ende los beneficios que reciben en todas las áreas de su vida.
Los regalos hacia el rico producen un efecto contrario, Yeshúa expone en el evangelio a un rico que teniendo acumulando en demasía, se edificó un granero mas grande para luego a dedicarse solo a satisfacer sus inclinaciones carnales, lo que le acortó la vida, no pudiendo disfrutar de lo acumulado y peor aún, sin descendencia a quien heredar.
El éxito del pobre consiste en su total dependencia de YEHOVAH DIOS, que le confiere vida abundante, mientras la confianza del rico en sus bienes y talentos, le procuran la muerte, por dar riendas sueltas al desenfreno.
Tercera colección: “Palabras de los sabios” (22, 17–24, 22).
Versos del 17 al 29
A partir del Vs 17, comienza la Tercera colección: “Palabras de los sabios” (22, 17–24, 22).
El maestro de sabiduría anuncia que ilustrará todo un cúmulo de conocimiento con treinta sentencias nacidas de la experiencia y de la observación directa de la vida y del comportamiento humano.
Podrían ser treinta o más o menos, lo importante es que este enunciado cobija un buen número de sentencias que tocan los temas más disímiles de la vida humana.
Ni esta sección ni ninguna otra de toda la literatura sapiencial, es un tratado de sistemática epistemológica o una teoría del conocimiento.
Se trata de una antiquísima manera de educar a los hijos y a los jóvenes inexpertos en general, en la que se transmiten unos sencillos “secretos” para explicarse ciertos movimientos del alma humana o para prevenir a la persona de no caer en determinados comportamientos aberrantes.
El que observa es consciente de que la vida tiene que tener un cierto orden, una cierta armonía, y que todo en la vida debe ser asumido con sensatez y prudencia.