Versos 1 al 15
Síntesis histórica. De la mención del patriarca Jacob pasa a los días del desierto, cuando YEHOVAH no abandonó jamás a su pueblo, sino que lo guió y le proveyó Su alimento y bebida.
En respuesta, Israel se porta como un rebelde y abandona a u DIOS.
Siguiendo con las imágenes del desierto, el profeta compara a YEHOVAH con sus fieras para anunciar el castigo que merece Israel.
Varios son los pecados atribuidos a Samaría, capital del reino del norte, pero dos parecen ser los más importantes:
1. El cisma propiciado por Jeroboám en el 931 a.C., a la muerte de Salomón.
Los autores sagrados, incluidos los profetas, siempre señalaron al reino del norte como al único responsable de la división.
Con todo, habría que leer en clave de justicia 1 Reyes 12, 1-19 para entender los verdaderos motivos de la separación.
2. El otro pecado, consecuencia del anterior, fue haber suplantado el culto al DIOS verdadero YEHOVAH, por los ídolos cananeos y por el par de toros de oro que muy pronto entronizó Jeroboám en Dan frontera norte del reino y en Betel frontera sur (1 Reyes 12, 28-30).
En la mentalidad del profeta, éste es el origen de todos los males y desgracias de reino del Norte, los cuales son considerados castigos merecidos por las faltas de Israel.