Versos del 1 al 5
Normalmente, la herencia de la tierra debería ser pasada de un padre a sus hijos en Israel, no a las hijas.
¿Entonces que en el caso de las hijas de Selofjad, de las cuales el padre no tenía hijos? ¿Sería simplemente asumida la herencia de su padre por alguien más o su nombre viviría a través de su herencia?
En general, el sistema no era injusto para las mujeres. La mujer recibía una dote de su padre como un regalo de bodas.
Típicamente, el padre requería a su yerno potencial que proveyera la mayoría si no es que toda la dote.
Una dote podría consistir de ropa, joyería, dinero, inmobiliaria o más y era pensado que la dote podía ayudar a proveer para la mujer si su marido la dejaba o inesperadamente moría.
Moisés, hizo lo que debía cuando enfrentó una nueva situación, “buscó a YEHOVAH DIOS” por respuesta para estas mujeres, frente a su situación peculiar.
Versos del 6 al 11
YEHOVAH DIOS parecía complacido que las hijas de Selofjad trajeran esta situación delante de Moisés.
YEHOVAH DIOS declaró que si un padre no tenía hijos, entonces la herencia podría ir a las hijas.
Permitirles a las hijas heredar, cuando no había hijos en la familia, creó otro problema.
Cuando se casaban, tomarían la tierra de la familia con ellas, así destruyendo la herencia del padre.
Para lidiar con esto, el capítulo 36 trae en reglas adicionales regular el matrimonio de herederas.
Como sea, si no hubiere hijas, la herencia entonces iría a los hermanos del padre, si no hubiera hermanos, la herencia iría a los familiares.
Lo notorio acerca de estas leyes, es que todas fueron hechas en anticipación en Fe, del devenir dentro de la herencia de tierra en Canaán.
Este era el asunto real en este tiempo, porque las hijas de Selofjad muestran que eran verdaderas mujeres de Fe.
Preocupadas acerca de la repartición de tierras que se haría posteriormente al conquistar Canaán, lo que ellas aun no tenían en sus manos, pero sabiendo que poseerían por Fe.
Versos del 12 al 14
A Moisés, primero se le dijo que él moriría, antes de venir a la Tierra Prometida en Números 20.
Eran todavía muchos meses hasta que Moisés subiría a la punta de la montaña, capaz de ver la Tierra Prometida pero incapaz de entrar y morir ahí (Deuteronomio 34).
Sin embargo, YEHOVAH DIOS le habló de eso en este punto, para preparar su corazón para el tiempo correcto.
Versos del 15 al 17
Después de escuchar su destino venidero, Moisés no intenta hablar con YEHOVAH DIOS acerca de eso o quejarse, su única preocupación parecía ser por la congregación, por el pueblo, no por sí mismo.
Las ovejas sin un pastor están en constante peligro, enfrentan pequeñas provisiones de comida y agua, nunca son guiadas a donde deberían de ser.
¡YEHOVAH DIOS aún quiere que sus ovejas tengan un pastor!.
Esto es completado por Yeshúa Ha Mashiaj, quién es el Buen Pastor, como fue profetizado en el Antiguo Testamento (Miqueas 5, 2-4).
Y revelado en el Nuevo Testamento: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10, 11).
Completado por el oficio del Nuevo Testamento de pastor-maestro, porque la palabra Griega para “pastor” es la palabra expresada como “shepherd” en inglés “jefe de pastores” (Hechos 2, 28; 1 Pedro 5, 2).
1 Pedro 5, 4 establece a Yeshúa Ha Mashiaj como el Príncipe de los pastores y los pastores van debajo de él.
El trabajo de los pastores es simple, “Apacentar” (Juan 21, 15-17) y “Guiar”, para guiarlas y traerlas, dar guía y dirección para que las ovejas sigan.
Yeshúa Ha Mashiaj también fue movido con compasión cuando vio al pueblo como ovejas sin un pastor (Marcos 6, 34).
Moisés está mostrando la naturaleza de Yeshúa con su preocupación.
Versos del 18 al 23
Hasta este punto, Josué era mayormente conocido por su asociación de siervo Doulos con Moisés (Éxodo 24, 13).
Ese tiempo siendo el sirviente humilde de Moisés, lo preparó para tomar el liderazgo al cual ahora era llamado.
Esta presentación pública e imposición de manos sobre Josué era importante.
Dejaba a la nación completa saber que Josué era ahora el líder y la nación debía esperar seguirlo.