Versos del 1 al 9
YEHOVAH le advirtió a los sacerdotes que si ellos no honraban su Nombre , los castigaría. Esto significa reconocerlo por quién es ÉL: El Creador Omnipotente del universo, el único que es perfecto y quién se acerca a la humanidad pecadora con un amor perfecto.
Los sacerdotes no tomaron en serio las cosas más importantes para YEHOVAH, aun cuando ÉL se las había recordado por medio de Su Palabra en muchas ocasiones (Deuteronomio 6, 5).
Los sacerdotes de los días de Malaquías habían dejado de amar a YEHOVAH y por lo tanto no sabían ni les interesaba saber lo que YEHOVAH DIOS quería.
Leví fundó la tribu que lleva su nombre. Los levitas llegaron a ser ministros de YEHOVAH, primero en el tabernáculo, luego en el Templo.
En estos versos del 4 al 6 YEHOVAH se dirigía a los sacerdotes que descendían de esta tribu, diciéndoles que debían prestar atención a la Ley que ÉL dio a sus antepasados.
Los levitas fueron una tribu apartada para el servicio a YEHOVAH (Números 1, 47-54).
En el vs 8 Malaquías reflejaba el enojo de Yehovah con los sacerdotes porque a pesar de ser los mensajeros de YEHOVAH, no conocían su voluntad y su falta de conocimiento ocasionó que el pueblo se descarriara.
Su ignorancia era voluntaria e inexcusable, los pastores y los líderes del pueblo de YEHOVAH deben conocer la Palabra de YEHOVAH DIOS lo que dice, lo que significa y la forma en que se aplica a la vida diaria.
¿Cuánto tiempo dedicas como cabeza a la Palabra de YEHOVAH?.
Entendiendo que como cabeza si no estas apegado a la Fuente legal, vas a permitir que la gente que está bajo tu cobertura quebrante la Ley.
Versos del 10 al 17
Justicia y lealtad. Se observa en los versos que, por estar las cabezas alejadas, el pueblo era infiel.
No decía abiertamente que rechazaba a YEHOVAH, pero estaba viviendo como si no existiera.
Los hombres se casaban con paganas que adoraban ídolos. El divorcio era común, y ocurría sin otra razón que no fuera el deseo de un cambio.
La gente actuaba como si pudiera hacer cualquier cosa sin ser castigada y el pueblo se preguntaba por qué YEHOVAH rechazaba sus ofrendas y no les bendecía (vs 13).
No podemos separar nuestro trato diario con YEHOVAH del resto de nuestra vida y esperar tener éxito. ÉL debe ser el Dueño de todo.
Otras dos causas que descubre el profeta para agregar a su tesis que Israel no ha correspondido al amor de YEHOVAH, son el matrimonio mixto y el divorcio.
La preocupación del profeta es que de nuevo comiencen a introducirse otras divinidades en Israel, pues al casarse con un extranjero o extranjera, había que reconocer también como propios los dioses del cónyuge no judío, dándoles el mismo valor que al DIOS YEHOVAH de Israel.
Recuérdese la época tan delicada en que el profeta está ejerciendo su ministerio, estamos en plena época de restauración nacional, pero también restauración de la conciencia.
Se recurre pues a la figura de YEHOVAH como padre de todos con miras a no “cambiar” de padre. Ahí es donde radica el problema de los matrimonios mixtos.
El profeta fija la postura de YEHOVAH DIOS frente a la unión conyugal, cuando afirma que “YEHOVAH es testigo que has sido infiel a la mujer de tu juventud” (vs 14).
Se deduce que hay una tendencia al abuso respecto a la libertad de repudio, atributo exclusivo de los varones (vs 15).
Faltaban a la palabra dada a sus esposas, divorciándose para poder casarse con mujeres más jóvenes.
Obviando el vínculo entre los cónyuges que YEHOVAH estableció (ser una sola carne) y el propósito que tenía para ellos (criar hijos piadosos).
No solo los hombres estaban faltando a la palabra dada a sus esposas, sino pasando por alto el lazo emocional y el propósito espiritual de estar unidos con YEHOVAH.
El profeta, basándose en Génesis 2, 24, sanciona esta desviación tildándola de violenta (vs 16), contraria a la intención de YEHOVAH en el momento de la creación.