Versos del 1 al 3
La súplica inicial de Job se medita en estos versos debido a la manera en que sus amigos seguían repitiendo los mismos argumentos, era fácil para Job sentir que ellos simplemente no lo estaban escuchando.
En este discurso conclusivo, Job estaba determinado a probar que había escuchado lo que sus consejeros habían dicho.
Hizo esto citando sus palabras y refutándolas, comparar 20, 11 con 21, 7; 18, 19 con 21, 8; 18, 5 con 21, 17; 5, 4; 20, 10 con 21, 19 y 20, 4 con 21, 29.
Esto indica que la dureza de Job hacia sus amigos no ha disminuido en absoluto, tampoco la dureza de ellos hacia él. Ellos hablan con palabras mordaces y sarcásticas el uno al otro.
Versos del 4 al 16
Esto demuestra una vez más que el verdadero punto de crisis de Job era su conflicto con YEHOVAH DIOS, no con el hombre, especialmente sus amigos.
Su crisis era fundamentalmente espiritual en naturaleza, mucho más que una crisis médica, económica, social o familiar.
Su lucha era contra YEHOVAH DIOS y se preguntaba ¿Dónde estaba DIOS, el Juez justo supremo? en medio de este tiempo tan oscuro.
Hasta ese momento los amigos de Job lo veían, en su mayor parte lo acusaban y condenaban. Él quería que dieran un paso atrás y se espantaran ante lo que le había sucedido a un hombre bueno y piadoso.
Job desafió el orden moral del universo, como lo entendían anteriormente los amigos de Job.
Los desafiaba a ver que si era posible que un hombre impío fuera bendecido, entonces, tal vez un hombre justo como Job, podía ser maldecido.
Sofar dijo que los impíos morían prematuramente (Job 20, 4-11), Job insistía que más bien viven los impíos y se envejecen.
En este y en los siguientes versos Job explica muchas de las bendiciones que parecen llegar sobre muchos de los impíos, incluso cuando rechazan a YEHOVAH DIOS, dicen a DIOS: “Apártate de nosotros”.
Bildad dijo que los impíos no tenían hijos ni descendencia que los recordara (Job 18, 19-21), Job replicaba que su descendencia se robustece a su vista y sus renuevos están delante de sus ojos.
Vemos por debajo del simbolismo oriental, la imagen de la familia próspera, poderosa en todas las tierras y épocas, fundada en violencia o por fraude y mal.
“Ellos no ven a sus niños morir”, dice el padre sin hijos. “Ellos no se retuercen debido a un dolor prolongado” dice el leproso torturado.
Es imposible perder el contraste aquí, todas las ventajas que muchos de los impíos parecen tener, Job fue privado de ellas.
· Job es el hombre cuya descendencia fue maldita y no robustece.
· Job es el hombre cuya casa fue sujeta al temor.
· Job es el hombre con el azote de YEHOVAH DIOS sobre él.
· Job es el hombre cuyo ganado ha muerto.
· Job es el hombre cuyos hijos ya no andan saltando.
Job estaba perturbado por la aparente injusticia de todo, como habrán notado el libro de Job no trata el asunto del futuro juicio final, que arreglará las tablas de la justicia.
La revelación llegará después, Job, por lo tanto, sentía que el castigo inmediato para los impíos sería el único procedimiento justo, pero solo encontraba lo contrario en la vida.
El impío le grita a YEHOVAH DIOS diciendo: “Déjanos en paz, no nos molestes. Tus caminos son dolorosos a nosotros no nos gusta llevar la cruz.
Tus caminos son espirituales, queremos vivir conforme a la carne. Hemos aprendido a hacer nuestra propia voluntad, no deseamos estudiar la tuya”.
Versos del 17 al 21
YEHOVAH DIOS permite que los impíos prosperen, por lo menos en su propio día.
En la pregunta retórica de Job, el respondería “No lo suficiente” y no le provocaría ninguna satisfacción escuchar que el juicio, más bien vendría sobre la descendencia del hombre impío.
Si el castigo es retrasado, los amigos pueden caer otro paso y decir que los hijos pagarán por los pecados de sus padres (Job 5, 4; 20, 10).
Job considera esto como monstruoso, que alienta a más depravación: “¡Podemos pecar, nuestros hijos pagarán!”.
Al pensar sobre la aparente comodidad del impío, Job casi desespera. Clamó a YEHOVAH DIOS para que trajera quebranto sobre los impíos en su propio día y no en el tiempo después.
Job reconocía que la impiedad nunca fue recompensada y siempre era castigada al final.
El problema para Job era que nunca parecía ser lo suficientemente pronto, que los impíos bebieran de la ira del Todopoderoso.
Job sufría en el ahora y muchos de los impíos no.
Versos del 22 al 26
DIOS es sabio, sin embargo, los impíos algunas veces prosperan y los rectos algunas veces sufren.
En el contexto más amplio, Job está cuestionando los caminos y la sabiduría de YEHOVAH DIOS, al no traer juicio más pronto sobre el hombre impío.
Al mismo tiempo ,sentía que esto estaba mal, así que se corrigió a sí mismo, con su propia pregunta retórica en este punto.
Job aquí se encuentra claramente incómodo en cuestionar los caminos y la sabiduría de DIOS, sin embargo, considera que es muy injusto que el bien y el mal tuvieran el mismo destino.
Versos del 27 al 34
Job desafía las palabras vacías de sus amigos, lo podemos contemplar en estos versos.
Cuando Job se atrevió a cuestionar a YEHOVAH de esta manera, pudo ver la reacción en los rostros de sus tres amigos, se sentían horrorizados que hablara en contra del Todopoderoso y su justicia.
Tanto Job como sus amigos no comprendían los caminos de YEHOVAH DIOS. Sin embargo, había dos diferencias significativas entre ambos.
Primero, sus amigos confiadamente afirmaban que sí entendían, mientras que Job admitía su perplejidad.
Segundo, para los amigos de Job estos eran asuntos de teoría moral y teológica, interesantes temas de discusión, para Job, que sufría duramente, estas eran preguntas de vida o muerte.
Job puso estas palabras de objeción en las bocas de sus amigos. Ellos pensaban que todo era tan sencillo de analizar, uno solo necesitaba ver la casa del príncipe y la tienda de los impíos, para ver que la justicia era recompensada y la perversidad castigada por el orden moral DIOS.
Sin embargo, Job ha intentado mostrar que el asunto no era tan simple.
Él estaba diciendo que era imposible extraer una ley justa de retribución, de lo que observamos en este mundo presente.
Job sabía que el impío enfrentaría un desagradable destino final, él se encontraba más molesto porque no sucedía lo suficientemente rápido.
Él creía que este conocimiento era tan común, que uno podía preguntar a los que pasan por los caminos y recibir una respuesta correcta.
Job entendía que los impíos morirían, pero muchos de los impíos disfrutan de honorables funerales e incluso su muerte es un poco de dulzura para ellos, simplemente no parecía del todo justo.
Contraria a la descripción de los perversos en Job capítulos 8 y 20, el hombre impío es a menudo enterrado con los más grandes honores.
La complejidad de la situación de Job, estaba lejos de la capacidad de sus amigos de analizarla apropiadamente. Ellos no tenían consuelo para él con sus palabras vanas y sus respuestas en falacias.
En los argumentos de sus amigos no había consuelo para él, es igualmente verdad que en sus respuestas él no les traía convicción.
Todo esto es extrañamente sugestivo, cuando los hombres discuten la vida humana, es casi seguro que cometerán errores cuando intenten explicarla.