Versos del 1 al 3
Sofar describe su confusión, insiste en que la impresionante defensa de Job en los capítulos anteriores lo hacían sentirse ansioso y le provocaban confusión. El discurso de Job lo perturbaba.
Aunque herido por la respuesta de Job, Sofar afirma que le responderá a Job con inteligencia.
Versos del 4 al 11
La breve alegría del hombre impío, se describe aquí, Sofar hizo lo que él y sus amigos habían hecho en ocasiones anteriores, hizo una declaración de autoridad simplemente diciendo, “todos sabemos que estas cosas son verdaderas sin probar la declaración”.
Sofar tenía un fuerte concepto de que Job era un hipócrita, uno que era impío delante de YEHOVAH DIOS en el corazón, a pesar de sus pretensiones de rectitud y profesiones de piedad.
Aquí insinúa su incredulidad en esa doctrina, la resurrección del cuerpo, la cual Job había afirmado tan solemnemente en el capítulo anterior.
Versos del 12 al 19
La vida frustrada del hombre impío, se observa en estos versos. Sofar argumentaba que, aunque el hombre perverso pueda disfrutar cosas por un tiempo, YEHOVAH DIOS traerá su juicio sobre él para que todos puedan ver.
Lo que ahora es dulce para el hombre impío, pronto se volverá amargo.
Las obras perversas del hombre impío, especialmente robar a los pobres, son comida deliciosa que agrada a su paladar, pero se vuelve amarga en su estómago.
Aquí Sofar describió lo que pensaba que era la conducta del hombre impío y por qué merecía ser frustrado en la vida. Claramente, insinuaba que éste era Job.
Versos del 20 al 29
El oscuro destino del hombre impío, lo describe Sofar, pensaba que la razón por la que Job estaba en tal agonía y angustia era su autosuficiencia, esto explicaba su gran miseria.
Sofar afirmaba que el impío no podía escapar de su destino de juicio, si ellos escapaban a las armas de hierro, entonces el arco de bronce los estaría esperando.
Veía al hombre impío siendo atravesado por las saetas del juicio de YEHOVAH DIOS.
Tomó la queja de Job de ser atravesado por las flechas del Altísimo (Job 6, 4; 7, 20) y la utilizó en su contra, afirmando que Job lo merecía como hombre impío.
Los amigos de Job no parecían considerarlo un hombre impío cuando fueron con él en un principio (Job 2, 11-13).
Uno podría decir que Job prácticamente provocó este juicio por parte de ellos, en que ellos simplemente intentaban ayudar a Job a ver que era un pecador que necesitaba arrepentirse y cuando Job se negó rotundamente a estar de acuerdo con ellos, empezaron a considerarlo un hombre necio e impío.
Sofar parece describir las pérdidas de Job y por lo tanto hace la clara conexión de que él era el hombre necio e impío que merecía este juicio de YEHOVAH DIOS.
Esta era la firme conclusión de Sofar, ya no vuelve a hablar en el libro de Job. Él hizo la clara conexión entre la ira que cosecha el hombre impío y la propia situación de Job.
Estas palabras concluyentes estaban en la naturaleza de un resumen, de todo lo que había estado diciendo.
Los sufrimientos que había descrito eran los que recaían sobre los impíos y sucedía así por voluntad divina. La estrechez de la filosofía de Sofar lo hacían injusto con Job.
Significativamente, Sofar estuvo en su mayoría en lo correcto. Sí es verdad que hay un orden moral en el universo y que la perversidad es inherentemente infructífera y es maldecida y juzgada por YEHOVAH DIOS.
Sin embargo, ese principio generalmente verdadero no aplicaba a la situación específica de Job.