Versos del 1 al 31
“¿No he de vengarme yo mismo?” El análisis de la realidad que hace el profeta y que pone en boca de YEHOVAH Dios da como resultado que, a simple vista, los signos de comportamiento del pueblo son propios de gente ignorante, sin instrucción, fruto de puras inclinaciones naturales.
Al examinar el modo de actuar de los instruidos y conocedores de la Ley de Dios, su conducta es todavía peor:
Todos han renegado de Dios (vs 6. 12).
Adoran ídolos y juran por ellos (vs 7).
Se han prostituido (vs 7).
Además, descuidan la justicia y el derecho (vs 26-28).
La decisión divina es castigar haciendo que sobrevenga la invasión con todas sus consecuencias, servidumbre, saqueo y tributo al pueblo dominante (15-17).
Sin embargo y a pesar de todo, el mensaje aún conserva el tono esperanzador cuando anuncia que el Altísimo no aniquilará del todo a su pueblo.
Hay que dar a estos mensajes un valor literal, porque en realidad YEHOVAH se comportara así con sus hijos.
No olvidemos que los profetas se valen de imágenes, de símbolos y de las mismas situaciones que vive el pueblo en determinado momento, ya sean positivas o negativas, para transmitir sus mensajes.
La intención es siempre llamar la atención sobre las irregularidades presentes y sobre las consecuencias que sobrevendrán.
Muchas veces, los momentos difíciles, como la guerra, la persecución, el hambre, la sequía, entre otros, son eventos por los que ya ha pasado el pueblo.
Pero el profeta los pone en futuro y siempre como anuncios de castigo divino asociado con situaciones de infidelidad a su Dios.