Oráculos varios. Los capítulos 28–33 se refieren esencialmente a los acontecimientos provocados por los asirios entre el 701 y el 691 a.C.
Algunos proponen como hilo conductor de los mensajes contenidos en esta sección, el “ay” que encabeza cada uno de los seis mensajes: Isaías 28, 1; 29, 1.15; 30, 1; 31, 1; 33, 1.
Versos del 1 al 6
Contra el reino del Norte. El primer “ay” de amenaza va dirigido contra Samaría.
Isaías, profeta del Sur, anuncia el desastre de sus hermanos del Norte.
No hay noticias de viaje alguno del profeta a la capital norteña, pero tiene conocimiento del desenfreno y excesos de la gente de aquel territorio.
Quizás como consecuencia de la prosperidad económica que estaban viviendo (Oseas 7, 5-7; Amos 3, 9-15).
En medio de todo encontramos esta promesa para el resto del pueblo (vs 5). Este resto fiel contrasta con los borrachos de Israel (vs 1) y de Judá (vs 7-8).
Versos del 7 al 13
Contra los que se burlan del profeta. ¿Conflictos entre profetas y sacerdotes? Sí y no hay que maravillarse, pues la cosa no era tan inusual (Jeremías 26, 8-19; Oseas 4, 4-8; Amos 7, 10-17; Miqueas 3, 5-11).
El motivo fundamental era la verdadera y la falsa profecía entremezcladas con el verdadero y el vano culto.
En Isaías 1, 1 indicamos el perfil del verdadero profeta que poco a poco va surgiendo en Israel.
La verdadera profecía se va distanciando cada vez más de las frecuentes prácticas adivinatorias, de la utilización de bebidas embriagantes y de las danzas frenéticas utilizadas como medios de adivinación.
El verdadero profeta no “adivina”, es alguien que con sus cinco sentidos despejados mide el pulso a cada situación.
Hace su lectura a la luz del criterio máximo que es la justicia, y proclama un mensaje que, aunque es claro, no siempre es comprendido por su generación.
Ése es el tipo de generación de la que se lamentará Jesús: “mirando no ven y escuchando no entienden” (Mateo 13, 13; Lucas 8, 10).
Versos del 14 al 19
Pacto con la muerte y verdadero cimiento. Los malos consejeros no hacen otra cosa que desviar a sus aconsejados.
Esta expresión hace referencia al pacto que hizo el rey Ezequías con Egipto, para defenderse de Asiria.
En la mentalidad del profeta, este pacto no puede traer más que muerte (vs 18).
La verdadera roca o piedra que sirve de fundamento (vs 16) a toda sociedad es precisamente la equidad y la justicia.
He ahí porqué es tan fácil identificar a los verdaderos y a los falsos profetas: mientras que éstos últimos sólo piensan en halagar a sus señores.
Los primeros sólo buscan poner en primer plano el querer firme y decisivo de YEHOVAH DIOS que es la justicia.
Versos del 20 al 22
Contra los cínicos. Probablemente se trata de un refrán popular.
El sentido aquí es que los oyentes de Isaías se encuentran impotentes para cambiar la situación (Jeremías 13, 23; 17,1).
Versos del 23 al 29
Instrucción agrícola. El plan o designio de Dios no tiene nada de complicado ni de espectacular.
El profeta compara la manera de actuar de Dios con la del campesino, que sabiamente va ejerciendo su oficio de agricultor.
Lo mismo hace Dios: con sabiduría va dirigiendo la historia de su pueblo.
Esto confirma que no hay que complicar el mensaje. Nota la contraposición que hay entre este pasaje y los Vs 9-10.