Versos del 1 al 14
Contra Jerusalén. El profeta trata de nuevo el tema sobre la alegría y el regocijo que produjo la sorpresiva retirada de Senaquerib en 701 a.C., estando a punto de conquistar la ciudad (2 Reyes 18, 13-16; 19, 9; Isaías 36, 1-2; 37, 8).
El profeta insiste que, a pesar de todo, el castigo sigue amenazando, pues se han preparado muy bien militarmente, pero sin tener en cuenta al Señor.
El profeta critica la visión tan obtusa de los habitantes de la ciudad, que en lugar de confiar en el Señor, confían más en sus armas y sus estrategias; y porque en lugar de hacer penitencia se lanzan al desenfreno (vs 12-13. 15-18).
Versos del 15 al 18
Contra el mayordomo de palacio. No es raro encontrar algún oráculo profético contra un individuo en particular (Jeremías 20, 1-6; 28, 12-17).
Precisamente éste es uno contra un extranjero, al parecer egipcio, que ha ascendido muy alto en la corte de Ezequías.
Su posición le ha permitido tal vez incidir demasiado en las decisiones reales, lo cual atrae la condena del profeta (Isaías 30, 2-5; 31, 1-3; 2 Reyes 18, 26; 19, 2).
Versos del 19 al 25
Nuevo mayordomo. El profeta no ve con buenos ojos que la función del maestro de palacio sea realizada por un extranjero, por eso apoya su destitución para que sea sustituido por un verdadero israelita.
Mateo 16, 19 pondrá estas palabras dirigidas a Pedro en boca de Jesús, Apocalipsis 3, 7 las aplica al Mesías.
El sustituto del funcionario extranjero también cae en desgracia y en su caída arrastra a todos los suyos.