Versos del 1 al 9
Paz mesiánica. Este poema es un canto que anuncia al Mesías futuro y describe sus rasgos fundamentales:
Será descendiente de David (vs 1).
Estará lleno de espíritu profético (vs 2).
Se empeñará en implantar la justicia y la paz entre los hombres (vs 3-5).
Y con la naturaleza (vs 6-8), lo cual es un volver al estado inicial de armonía implícito en la creación y ello exige conocimiento de YEHOVAH DIOS.
Isaías habla indistintamente del “Espíritu de YEHOVAH DIOS” y del “Santo Espíritu de YEHOVAH DIOS”, (Isaías 42, 1; 61, 1-2; 63, 10-13).
Este espíritu o soplo, ambas son traducciones del hebreo “rúaj” ha estado actuando desde siempre. Antes de la creación ya estaba sobre las aguas (Génesis 1,2).
Él es quien ha dado la vida a todo ser viviente (Génesis 2 ,7; Salmo 33, 6; 104, 29-30).
Los jueces de Israel eran suscitados por ÉL (Jueces 3, 10; 6, 34; 11, 29).
Y les infundía la capacidad de discernir (Números 11, 17).
En la construcción del santuario, ÉL infunde habilidad a los artesanos (Éxodo 31, 3; 35, 31)
Es ÉL quien inspira a los profetas incluyendo a Moisés (Números 11, 17), a David (2 Samuel 23, 2), a Elías (2 Reyes 2, 9) y, en fin, a todos (Miqueas 3, 8), lo cual es el distintivo del verdadero profeta.
Los falsos profetas no hacen otra cosa que seguir su propio espíritu (Ezequiel 13, 3).
Este espíritu de los profetas es el que invadirá al futuro Mesías.
Hacia finales del Antiguo Testamento empieza a surgir la expectativa del Mesías escatológico que tendría como misión revelar la totalidad de las Escrituras, pero lo más importante: derramará el espíritu de una manera universal (Joel 3, 1-2).
Son los elementos que están en la base de la doctrina sobre el Espíritu Santo que encuentran su máxima expresión en el Nuevo Testamento.
Versos del 10 al 16
Retorno de los desterrados. Esta profecía hace alusión al regreso de los desterrados de Babilonia. Dicho destierro no había sucedido todavía en la época del profeta, luego, este pasaje es muy posterior.
Esto significa que en torno al núcleo de enseñanzas de Isaías “hijo de Amós”, se formó una escuela que se encargó de prolongar y actualizar permanentemente el espíritu del profeta, agregándole nuevas enseñanzas que incluso pusieron en boca de él.
Más tarde, todo el material existente pasó por un proceso de redacción y se le colocó el nombre que encontramos en Isaías 1, 1 “Visión de Isaías”.
Los biblistas nos ayudan a descubrir hasta “tres Isaías”, o mejor dicho tres épocas distintas en los 66 capítulos que conforman el libro actual.
Parece que a los redactores nos les interesaba tanto la cronología de las enseñanzas cuanto su contenido.
El verso 11 nos da una idea de los lugares a donde fueron dispersados los judíos, de ahí la gran esperanza en el retorno.
Visto siempre como obra amorosa de YEHOVAH DIOS que recogerá a su pueblo de todos esos países.
Y otro elemento de esperanza es el fin de la división y la hostilidad entre Israel (reino del Norte) y Judá (reino del Sur).