Versos del 1 al 35
El Concilio de Jerusalén. Se ubica en la mitad del libro de los Hechos, verdadero quicio de toda la obra de Lucas.
Asamblea de capital importancia, no sólo para aquellas primeras comunidades sino para toda la historia de la Iglesia.
La Iglesia de Jerusalén estaba dominada por judeocristianos, conservadores en ciertos aspectos.
Se consideran una especie de “resto” o gueto en el cual está cristalizándose y creciendo el nuevo Israel, definitivo y total.
Sin embargo, desde su reducto, esta comunidad fue capaz de aceptar, en la persona de Pedro, la apertura del Evangelio a los paganos iniciada por los helenistas.
Hecho posible por el Ruaj Hakodesh, por ello, el bautismo del pagano Cornelio y su familia a manos de Pedro, sin la condición previa de la circuncisión y la imposición de otras leyes y costumbres judías, no fue bien asimilado por toda la comunidad de Jerusalén.
La comunidad de Antioquía, por otra parte, era heterogénea en su composición y dinámica en su constante irradiación.
Su característica era, hacia adentro, la capacidad para convivir en el pluralismo, hacia afuera, la aceptación de otras gentes y la asimilación de culturas diferentes.
Judeocristianos convivían en Antioquía con helenistas y paganos convertidos, esta situación de hecho, que duraba ya varios años, no podía prolongarse por más tiempo, como así fue.
La chispa que provocó el enfrentamiento entre ambas Iglesias surgió de un grupo de extremistas de Judea.
Pablo los llama “falsos hermanos”, que viajaron a Antioquía y comenzaron a enseñar que sin la circuncisión no era posible salvarse.
Pablo, Bernabé y su grupo de Antioquía reaccionaron con la máxima energía.
Se hizo necesaria una reunión de los representantes de ambas Iglesias para resolver la cuestión de una vez por todas.
Lucas narra el desarrollo de la reunión 35 ó 40 años después de que ocurrieran los hechos, todos los protagonistas, Pedro, Santiago, Pablo, Bernabé, entre otros habían muerto.
El problema ya no existía; es más, los paganos convertidos habían pasado a ser, de minoría cuestionada y marginada, a mayoría absoluta dentro de la Iglesia.
El Ruaj Hakodesh fue el verdadero protagonista de la solución del conflicto.
La unidad de la Iglesia no se rompió. Las barreras discriminatorias se rompieron y los paganos fueron admitidos en la Iglesia en pie de igualdad.
El Concilio tuvo dos momentos.
Una sección plenaria en la que ambas partes contendientes exponen con acaloramiento sus respectivas posiciones.
Una sección restringida donde los dirigentes de Jerusalén, con Pedro y Santiago a la cabeza y los dos delegados de Antioquía, Pablo y Bernabé, se reúnen a deliberar.
También aquí, dice Lucas, se encendió la discusión, hasta que Pedro se levantó y dictó sentencia.
El discurso de Pedro parte de su experiencia personal en el caso del pagano Cornelio y su familia, y dice que YEHOVAH les dio el Ruaj Hakodesh lo mismo que a “nosotros”.
Es, por tanto, el Espíritu el que abate fronteras y crea la nueva unidad.
Así pues, oponerse a la integración plena y sin condiciones de los paganos a la Iglesia es oponerse a YEHOVAH Dios.
Las palabras de Pedro son acogidas con un silencio de aceptación.
A continuación, hablan los delegados de Antioquía que confirman lo dicho por Pedro narrando las maravillas que YEHOVAH Dios había hecho entre los paganos por medio de ellos.
Finalmente, Santiago, el jefe de la oposición moderada, toma a su vez la palabra y acepta claramente la decisión de Pedro.
Dice que imponer la circuncisión y la Ley judía a los paganos sería poner obstáculos a su conversión, descalificando así a los extremistas.
No obstante, Santiago propone algunas cláusulas de comportamiento para los paganos convertidos con el fin de asegurar la convivencia con los judeocristianos en las comunidades mixtas.
Éstas fueron aceptadas. Así terminó aquella memorable reunión, considerada como el primer Concilio de la Iglesia.
El Ruaj Hakodesh protagonista absoluto del libro de los Hechos.
Versos del 36 al 41
Pablo y Bernabé se separan. Después de una violenta discusión el equipo misionero de Antioquía se disolvió, Bernabé y Juan se fueron por un lado y Pablo, por otro.
Lucas enfatiza y demuestra en los restantes capítulos del libro de los Hechos que el Ruaj Hakodesh fue el que inspiró el radicalismo evangelio de Pablo.
Pablo, libre ya del impedimento que significaban Bernabé y Juan, se lanzó a la gran misión entre los paganos que le llevaría hasta la misma capital del imperio de Roma, acompañado de otro voluntario, Silas.