Versos 1 al 22
En el capítulo anterior, constatamos que Jacob vivió diecisiete (17) años más, luego de reencontrarse con José.
José, aprovechó la visita a su padre para pedirle que bendijera a sus hijos. Al principio, Jacob no los reconoció, ya que estaba perdiendo la vista por la edad, igual que le sucedió a su padre Isaac.
Los dos hijos de José representan, los hijos espirituales del Mesías Yeshúa (Jesús) que han nacido de entre los gentiles durante los dos mil años de era mesiánica, desde su resurrección hasta ahora.
Los hijos de José, nacieron en el mundo pagano por una madre no israelita. Durante el momento de enfermedad, Jacob los asume como sus propios hijos, con los mismos derechos que Rubén y Simeón.
Ya en sus últimos días, Jacob enfermó y José llevó a sus dos (2) hijos ante su padre para que los bendijera.
Jacob, en el verso 1 del capítulo 49 nos da la clave para comprender que nos habla del futuro: “Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros”.
Este particular momento, representa el final de la era Mesiánica cuando Israel pasará por la gran tribulación. Durante ese tiempo, serán añadidos nuevos hijos a Israel que nacieron de madres no judías.
El Judaísmo en todas sus corrientes, reconoce que esta porción final del Génesis revela un entendimiento profético, sobre la restauración final de Israel y también su final redención.
Aunque estaban en Egipto, Jacob no se había olvidado de su tierra natal, él sabía que el propósito de su vida y el de su descendencia no estaba en ese lugar, sino en Canaán, en la Tierra que YEHOVAH DIOS les había prometido.
Después de pronunciar la promesa divina, Jacob hizo algo que podría parecer sorprendente.
Cabe destacar, que los dos hijos de José, tenían más de veinticinco (25) años en ese momento, fueron puestos entre las rodillas de Jacob y luego retirados.
Lo cual, constituía un acto oficial de adopción, como si los dos hubieran salido directamente de su simiente.
De esta forma, ninguno de los otros hijos de Jacob llegaría a objetar el hecho de que legalmente los hijos de José, compartían con ellos plenos derechos dentro de Israel, al igual que Rubén y Simeón.
Este acto impactó tanto a José, que se inclinó y adoró al Padre Celestial.
Jacob aclaró que el cruce de manos no fue un error, fue su propósito.
La mano derecha representa al Mesías, que está a la diestra del Padre en las Alturas. La mano del Mesías está sobre Efraín aunque haya sido esparcido entre las naciones. Esa mano le está haciendo volver a casa ahora.
Cuando Jacob puso sus manos sobre las cabezas de Efraín y Manasés, el cruzó las manos, ya que José había puesto a la derecha de Jacob a Manasés, tal como correspondía por ser el primogénito, pero la voluntad de YEHOVAH DIOS era otra y Jacob extendió su mano derecha sobre Efraín.
Los brazos cruzados forman la letra “X” que es la letra “Tav” en el alfabeto hebreo arcaico, fue el que Moisés usó para escribir la instrucción.
La “Tav” es la última letra del alfabeto hebreo y significa “señal”, “sello”, “pacto”.
La “X” es también el símbolo del madero donde tuvo que morir Yeshúa Ha Mashiaj para reconciliar al mundo con el Padre YEHOVAH DIOS.
Toda la vida de Jacob había sido una batalla fuerte, treinta y siete (37) años de su vida pasó fuera de la Tierra de la Promesa. Jacob, tuvo muchos peligros en su vida y de todos estos peligros fue guardado y en medio de sus luchas fue Bendecido.
Por causa que Efraín recibió la Bendición de primogénito, él se quedó con el nombre de Israel. Por ello, las diez tribus del norte se les conoce en la Biblia como “Casa de Israel” y las dos tribus del sur, lideradas por la tribu de Judá, se les llama “Casa de Judá”.
¿Porqué estos dos hijos de José fueron puestos como ejemplos para todos los hijos de Israel?
1. Indiferentemente que el menor fue puesto sobre el mayor nunca hubo riña entre ellos.
2. Aunque fueron criados en un ambiente de paganismo y de magia, nunca perdieron la Fe en el YEHOVAH DIOS de Israel, su identidad israelita o las instrucciones de sus antepasados.
3. Sin importar el haber nacido y vivido toda la vida fuera de la tierra de Israel, nunca perdieron la esperanza de volver a la tierra de sus padres.
Al adoptar a los dos hijos de José e insertarlos entre las tribus de Israel, Jacob afirmó la primogenitura de José y su doble herencia.
Jacob, quería asegurarse que José y su descendencia no permanecieran en Egipto, sino que eventualmente regresarán a la Tierra Prometida, en donde, estaba su destino divino.
Jacob habló estas palabras en un sentido profético, él aún no había conquistado la tierra con espada y arco, pero él vio proféticamente que sus descendientes lo harían.
Lo que sucedió en ese momento fue trascendental: Jacob adoptó a Efraín y Manasés como hijos suyos. Los compara con Rubén y Simeón, que son los hijos que nacieron primero.
Los hijos de José, Manasés y Efraín, habían nacido en Egipto, de una madre egipcia. Pero al adoptarlos, estaba amarrando su destino al de la familia de Israel. Además, los estaba subiendo de rango, de nietos a hijos.
La adopción de los dos hijos mayores de José por parte de su padre, era parte de la doble herencia que él iba a recibir como el primogénito de la familia de Jacob.
Manasés y Efraín iban a ser contados como dos de las tribus de Israel.
Hay tres atribuciones que recibe un primogénito:
1. La porción doble de la herencia, dada a la tribu de José.
2. El sacerdocio, dado a la tribu de Leví.
3. El derecho de gobernar, dado a la tribu de Judá.
La primogenitura de la doble porción fue dada a los hijos de José, según 1 Crónicas 5, 1-2.
Por lo tanto, estos dos hijos tendrán cada uno una heredad propia en la Tierra de la Promesa. Así, José recibe en sus hijos la doble porción que corresponde a la primogenitura.
¿Porque nombró Jacob a Rubén y Simeón?
Porque eran hijos legítimos, hijos de la esposa Lía, pero también porque más adelante ellos (José y Efraín) ocuparían las posiciones del primer y segundo hijo.
La Escritura es clara, José el hijo amado de Jacob, fue acreditado con la primogenitura al perderla Rubén por su pecado.
El primogénito de acuerdo a la instrucción o la voluntad de YEHOVAH DIOS recibe una doble porción de la herencia (Deuteronomio 21, 17), así que no solo son descendientes legítimos y de sangre, sino que con José́ son herederos de una doble porción: la porción de José y la de Efraín.
Israel (Jacob) está exigiendo que cuando las personas vean a Efraín y sus descendientes los reconozcan como parte de su casa, la casa de Jacob, asimismo, el propio Efraín reconozca su linaje y sus ancestros.
El orden profético tiene preferencia sobre el orden natural. Manasés, llegó a ser un pueblo, una tribu grande dentro de Israel, con un territorio inmenso en los dos lados del río Jordán.
Sin embargo, la multitud de naciones, es la casa de Israel o la casa de Efraín. El término usado en hebreo para naciones es “goyim” palabra que ha sido traducida popularmente como gentiles.
Cuando esto sucede, el problema es que en la mente de las personas la palabra “gentil” no tiene ninguna conexión con la Casa de Israel.
Precisamente, la palabra “gentil” significa “un pagano confuso, sin YEHOVAH DIOS”.
Pero cuando Yeshúa Ha Mashiaj interviene en la vida de una persona, deja automáticamente de ser confuso pagano y sin YEHOVAH DIOS, para convertirse en ciudadano de Israel, con Dios, Promesas y Bendiciones.