Versos 1 al 12
Transcurrido algunos días de haber llegado a Egipto, José presentó al Faraón a su familia recién llegada de Canaán.
Capta la atención que no llevó a todos delante del rey, sino sólo a cinco. Antes de hacerlo, José les instruyó lo que debían decir.
José, se había ganado el favor del Faraón. El rey estaba dispuesto a darle lo que quisiera, como agradecimiento de todo lo que José había hecho por él y por todos los egipcios.
El buen precedente de José abrió oportunidades para sus hermanos en Egipto y el Faraón les ofreció trabajo, bajo el entendido que sean tan responsables como José.
José quería que los hijos de Israel vivieran como una comunidad separada en la tierra de Goshen por varios objetivos:
1. Para evitar la transculturización.
2. Para no arriesgarse a que los hijos de Israel tuvieran cargos en la corte real o ser reclutados para el ejército.
3. Para que pudieran criar ganado menor sin molestar a los egipcios que aborrecían a los pastores de ovejas porque la oveja fue uno de sus falsos dioses.
4. Para tener aptos y buenos pastos para su ganado.
5. Porque la tierra de Goshen es una de las mejores del mundo. Allí, nunca hay falta de agua, no existen las plagas, nunca hace frío, no hay vientos fuertes, es llano y la tierra es húmeda.
6. Es un suelo donde hay materias orgánicas y minerales de los ríos, especialmente selenio, cobre y hierro, que hacen que los vientres de los animales siempre fecundan.
Luego de la conversación del Faraón con los hermanos de José, éste también le presentó a su padre, Jacob.
Resulta evidente, la superioridad espiritual de Jacob, ya que fue él quien bendijo a Faraón y no al revés, como ya hemos enseñado corresponde al mayor bendecir al menor.
En lugar de glorificar a YEHOVAH DIOS, delante de este rey, por haberle liberado de todas las contrariedades, Jacob usa su lengua para hablar negativamente.
En el hebreo hay treinta y tres (33) palabras que constituyen esta conversación entre Jacob y Faraón.
Más adelante, Jacob hizo “teshubá y tikún” (arrepentimiento y rectificación) al pronunciar la Bendición sobre José.
Faraón, reconoció que Jacob era un sacerdote de YEHOVAH DIOS al aceptar su Bendición. En la religión egipcia, el faraón mismo se adoraba como a un dios.
A su juicio, el Faraón era la encarnación humana de “Ra”, el dios del sol. Esto significa, que era notable que le permitiera a Israel impartir una Bendición sobre él.
Se confirma que, en medio de la hambruna generalizada, la familia de Jacob siempre tuvo provisión y nunca les faltó nada, cuando el mundo era asolado por la sequía.
Versos 13 al 30
Sin lugar a duda, el propósito de la recolección de todo ese dinero fue que pasara a los hijos de Israel en el futuro, porque necesitaban mucho oro, plata, bronce y piedras preciosas para poder hacer el “mishkán” (tabernáculo), en el desierto.
Durante los años de abundancia en Egipto, el Faraón almacenó granos como reserva para los años de escasez, tal como le fue revelado en sus sueños.
José era el encargado del almacenamiento y luego de la distribución de esos granos.
En el primer año, los egipcios compraron con todo su dinero, el alimento, cuando se les acabó, comenzaron a pagar entregando su ganado. Por esa razón, el Faraón le pidió a los hermanos de José que le sirvieran, cuidando sus ganados.
Todo Egipto quedó endeudado con el Faraón. En otras palabras, estaban esclavizados a él. Le debían la vida a Faraón y a José, quienes les proveyeron alimento en el momento de mayor necesidad.
Pero la finalidad no era convertir a Egipto en una nación de esclavos, sino una nación productiva. Para ello, José ideó un plan donde todos trabajarían.
La estrategia concebida por José, consistió en un sistema de impuestos en Egipto. El buen liderazgo de José ayudó a que el Faraón prosperará en gran manera.
José, salvó la vida de los egipcios, lo que representa un paralelo con Yeshúa Ha Mashiaj quien ha preparado una Salvación, para todas las personas de la tierra, durante todas las épocas de la historia.
La gratitud de los egipcios por haber sido salvados, les llevó a entregarse voluntariamente como siervos al rey.
Es de observar, que mientras los egipcios se endeudaban, los israelitas prosperaron en gran manera. Los egipcios resintieron esto, por lo que terminaron esclavizando a los israelitas, después de morir José.
La Palabra de Vida, indica que Jacob vivió otros diecisiete (17) años, después que se instaló en Egipto. Podría decirse que YEHOVAH DIOS, le devolvió a Jacob los años que estuvo separado de José.
Jacob no volvería a la Tierra Prometida. No obstante, él quiso asegurarse de ser enterrado junto a los patriarcas. Para ello, le hizo prometer a José que llevaría sus restos a Hebrón.
Israel, sabía que Egipto no era la patria de la Promesa. Él pertenecía a la Tierra Prometida, con todos sus descendientes. Era evidente que estaba consciente que él era el heredero del Pacto de Abraham.
Según la Biblia, José es el que acerca a sus hijos a Israel en los últimos tiempos, no Judá.
Solo el movimiento dirigido por Cristo, resultará en el cumplimiento de estas profecías.