Versos 1 al 6
Cuando llegó a Egipto, los ismaelitas subastaron a José vendiéndolo como esclavo a un oficial del Faraón.
Sin embargo, en medio de las peores circunstancias, José se caracterizó por dar lo mejor de sí y esa buena actitud lo ayudó a salir adelante y prosperar.
El término Potifar significa “dedicado al sol”. Fue un nombre idolátrico relacionado con el sistema religioso egipcio.
Resulta útil conocer que el término hebreo para “oficial”, puede ser traducido como “eunuco”, esta era una práctica común en la antigüedad, para los que tenían posición de liderazgo en la corte real.
Eunucos, era más bien un calificativo para asegurar que serían enteramente dedicados a su rey.
Debido a esta práctica común, el término llegó a ser acuñado para todos los que servían en cargos relevantes en la corte de un rey, ya fueran eunucos o no. Así que realmente no sabemos si Potifar era un eunuco físicamente o no.
Por otra parte, el cargo de Capitán de la guardia es un título que equivale a “jefe de la policía”, posiblemente Potifar era el jefe de la “casa militar” del faraón, su cuerpo de seguridad personal. Él era un funcionario de alta confianza en el gobierno de Egipto.
Concretamente, sabemos que José llegó a la cima, pero tomó un tiempo para que esto sucediera. Él tenía diecisiete (17) años cuando fue vendido como esclavo (Génesis 37, 2).
Contaba con treinta (30) años cuando el Faraón lo promovió (Génesis 41, 46) y había estado en prisión durante dos (2) años antes de eso (Génesis 41, 1).
Por lo tanto, él estuvo en la casa de Potifar durante once (11) años. Le tomó once (11) años, para que la medida completa de la Bendición de YEHOVAH DIOS, se realizará en la vida de José.
El periodo de once (11) años parece mucho tiempo, muchos piensan que si las cosas son de YEHOVAH DIOS, tienen que venir rápidamente.
Solo a veces, así es, pero por lo general NO. El Altísimo, permite que las cosas buenas se desarrollen lentamente.
Versos 7 al 18
José pudo caer ante la tentación y luego todo sería genial (según la carne), pero no sólo respetaba a su amo, sino que también temía a YEHOVAH DIOS.
Él hizo lo correcto, porque era hombre que practicaba la “Piedad”.
Ahora bien, lo que empezó como una propuesta indecente, se convirtió en acoso, pero José siguió firme.
Lamentablemente, la esposa de Potifar no tomó bien el rechazo, se sintió ofendida y planificó vengarse de él y humillarlo.
Definitivamente, José resistió las tentaciones porque vivía delante de YEHOVAH DIOS.
Este hijo de Jacob, es totalmente lo contrario a Judá, quien no podía resistir las tentaciones.
Enfáticamente, José solo dijo: “¡No!”. Él no quiso (en inglés dice: Se negó). A veces, solo se reduce a eso.
Es nuestro deber rehusar y decir “NO” al pecado, incluso cuando nos dan muchísimas ganas de decir “SÍ”.
Conociendo por experiencia personal la inclinación carnal de los hombres, su capacidad de vincular el sexo, el romance y el amor, exclusivamente al vínculo matrimonial, no siendo promiscuo, es un testimonio de Obediencia en Santidad maravilloso de parte de José.
Por su parte, la esposa de Potifar sabía que José la estaba evitando, así que ideó un plan intencional para atraparlo, imaginemos que mandó a todos a ver “si el gallo puso y si no había puesto”, que esperaran en el gallinero hasta que “el gallo y no la gallina pusiera huevos”.
Versos 19 al 23
Lleno de furia, Potifar fácilmente pudo haber mandado a matar a José, pero no lo concibió porque en su interior conocía que era incapaz.
Probablemente, su cólera no sólo iba dirigida a José, sino también a su esposa, de quien tal vez, desconfiaba.
Si YEHOVAH DIOS Bendijo a José en el pozo, si ÉL Bendijo a José como esclavo, no debemos impactarnos al constatar la Bendición de José en la cárcel.
Ninguna de estas circunstancias terribles, descalificó el Plan de YEHOVAH DIOS para su vida.
El tema dominante aquí, es que José tuvo éxito por la Obediencia a YEHOVAH DIOS.