Versos 1 al 24
Continuando con la rivalidad entre las hermanas Lía y Raquel, veremos cómo su ambición de imponerse la una a la otra edifica a los Patriarcas de Israel.
Raquel, no podía tener hijos propios porque YEHOVAH DIOS le cerró su matriz temporalmente. Ella, le pidió a Jacob que tuviera hijos a través de su sierva, al estilo de lo que Sara hizo con Agar.
De hecho, así es como se engendra el quinto hijo de Jacob, nacido de él a través de Bilá, la criada de Raquel, lleva el nombre de “Dan” que significa “Juicio”.
A causa de su propia envidia, se ve a este hijo nacido de la carne como un trofeo y una compensación para ella. DAN del verbo “Din” significa: juzgar, contender, gobernar, literalmente es “juez”.
Para continuar en la carrera por el afecto del marido, llega el sexto hijo de Jacob, nacido de él a través de Bilá, la criada de Raquel, lleva el nombre de Neftalí por Raquel que significa “lucha”.
Las relaciones en esta casa se han roto, hasta el punto de que Raquel reconoce esta competencia de bebés entre ella y Lía, al nombrar al nuevo bebe “lucha”. NEFTALÍ es del verbo “Fatal” es torcer, pelear y la palabra “Naftul” es luchas, literalmente “mi lucha”.
Pero la cosa no termina allí, porque Lía también cuenta con sus recursos y no quería quedarse atrás y también le dio su sierva Zelfa a Jacob para tener más hijos a través de ella, así nacieron los siguientes hijos.
Hizo su entrada triunfal el séptimo hijo de Jacob, nacido de él a través de Zelfa, lleva el nombre Gad que significa “tropa” o “buena fortuna”, las esposas de Jacob todavía están utilizando a sus hijos como soldados, en una lucha por el poder dentro del hogar. GAD del verbo “Gadad” es congregar, penetrar, reunir tropas, literalmente es “tropa”
Lía aparentemente ha perdido la paz que tenía cuando su cuarto hijo nació. Ella, ya no tiene la paz que la “alabanza” trae. Así que coloca nuevamente a Zelfa delante de Jacob y engendran el octavo hijo, nacido de él a través de la criada de Lía.
Le coloca por nombre Aser que significa “feliz”, Lía está más preocupada por el estatus que el niño le traerá (todas las hijas me llamarán Feliz), que sobre el propio niño ASER en hebreo es “Asher” literalmente “feliz”.
Por su parte, Raquel tenía desesperación por su esterilidad. El problema es que buscaba la solución en el lugar equivocado. No se le ocurrió pedirle a YEHOVAH DIOS, como lo hizo Rebeca.
Primero se lo pidió a Jacob, quien claramente le dijo que no podía hacer el papel de YEHOVAH DIOS. Luego buscó la ayuda de unas frutas que algunos creían que promovía la fertilidad.
Permítanos explicarles, la “mandrágora” es una raíz, llamada “manzanas de amor” en hebreo. Se creía (y aún lo creen en algunos pueblos) que sirve “supuestamente” para aumentar la fertilidad en las mujeres.
Debido a que Lía tenía las “mandrágoras”, ella sabía que Jacob tendría relaciones con Raquel, creyendo que existía un riesgo mayor que quedara embarazada.
Lo irónico es que quien quedó embarazada no fue Raquel que se comió las frutas “mandrágoras” persiguiendo ese fin, sino Lía y no fue uno, ni dos, fueron tres, tuvo dos hijos y una hija más, porque nada hay como YEHOVAH DIOS para exaltar y humillar.
El noveno hijo de Jacob, nacido de Lía, se llamó Isacar que significa “recompensa” y Lía vio a este hijo como recompensa de YEHOVAH DIOS, porque ella era suficientemente “generosa” como para ofrecer a su criada a Jacob.
ISACAR del hebreo “Yissajar” de la palabra Sajar, significa pago o recompensa, literalmente “hay recompensa”.
En el dolor de su corazón, ella sigue esperando que su marido realmente la ame y viva con ella y espera con la enorme cantidad de hijos poder ganar su corazón.
Tiene a su hijo que lo llama ZABULÓN del verbo “Zabad” regalado, dotado, de la palabra “Zebed”, dote literalmente habitación.
La undécima de los hijos de Jacob, nacida de Lía, se llama Dina, que significa “Juicio”, para hacerle ver a Raquel que finalmente el favor de YEHOVAH DIOS estaba con ella. La competencia impía ya había terminado, Lía y las dos criadas no tendrán más hijos.
El duodécimo hijo nacido a Jacob, a través de Raquel, se llamó José, que significa “que puede añadir”, Raquel siente que se ha “vindicado” por el nacimiento de un hijo, pero anhela tener más hijos para continuar la competencia con su hermana.
JOSÉ en hebreo es “ Yosef” del verbo “Asaf”, recolectar, reunir, recibir, quitar, literalmente “Dios añadió”.
Más adelante veremos que le nacerá otro hijo a Raquel, BENJAMIN del hebreo “Ben Yamim” que significa “hijo de mi diestra”.
Versos 25 al 43
Aunque Jacob estuvo en Harán con Labán y sus hijas por más de catorce (14) años, él sabía que pertenecía a la tierra prometida por YEHOVAH DIOS, a través de la Alianza hecha con su abuelo Abraham y su padre Isaac.
Después de catorce (14) años, Jacob sigue llamando a la Tierra Prometida “mi tierra”.
Labán aceptó la propuesta de Jacob y para asegurarse que Jacob no hiciera trampa mezclando blancas y negras para producir manchadas, Labán separó los rebaños desde ese momento.
Jacob, por fin se pone en las manos de YEHOVAH DIOS, en hebreo antiguo dice “el hombre exclamó, extremadamente” y alcanzó respuesta favorable con la estrategia que le permitió obtener un rebaño.
Y así se activó la Bendición de la Promesa, lo que lo llevó a hacerse rico en tal manera que ya su suegro experimentaba celos carnales contra él.