LECTURAS
DEL SHABBAT
EVANGELIO
Lucas 2, 22-40
1RA LECTURA
Sirácides 3, 2-6.12-14
2DA LECTURA
Colosenses 3, 12-21
SALMO
128, 1-5
Reflexión de la Palabra Semanal
Si preguntamos a las personas cual es el primer mandamiento de la Ley de Dios, dirán que es “Amar a Dios sobre todas las cosas”, referencia de lo que dijo Yeshúa en: Mateo 22, 36-39 en respuesta a una pregunta de un fariseo referenciado a continuación. Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? 37 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Ahora bien, no es lo mismo preguntar por un Gran Mandamiento que lo englobe a todos que preguntar por el Primer Mandamiento. Ejemplo, no es lo mismo hablar referente a las responsabilidades de los sacerdotes que referirse a las actividades que debe ejercer el Sumo (Gran) Sacerdote, le preguntan a Yeshúa por una síntesis de la Ley y no por la Ley en si, por lo que responde aludiendo a:
Deuteronomio 6, 4-5. 4 Oye, Israel: Yehováh nuestro Dios, Yehováh uno es. 5 Y amarás a Yehováh tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Ahora bien, cuando alguien consiga en la biblia como dice el catecismo “Amar a Dios sobre todas las cosas”, ese “sobre todas las cosas”, por favor tenga la bondad de hacérnoslo ver, precisamente, esa frase es el problema, porque no excluye absolutamente nada lo que a nuestro parecer es una invitación a la idolatría.
Al observar la primera referencia del primer mandamiento lo encontramos en: Éxodo 20, 3 No tendrás otros dioses fuera de mí. Es el primero de las 10 palabras o del decálogo como quieran acotarlo, lo que si va en línea o armonía con Deuteronomio 6, 14-15.
Yehováh es celoso en extremo y no comparte su posición con nadie, el mismo Yeshúa afirma que el día y la hora de los acontecimientos del fin de la era de la Gracia solo Yehováh lo sabe, quiere decir que su posición no puede ser igualada por nada ni por nadie.
Ahora bien, nos ordena ser Santos porque ÉL mismo es Santo, es decir Consagrados, apartados para el uso exclusivo de ÉL, se supone que nuestra relación con el prójimo sea un reflejo de tener una relación dinámica de estrecha Comunión con Yehováh.
Por ejemplo, si preguntamos ¿quién ha sido el ser humano que más ha amado a su prójimo como a sí mismo? es que los escucho en su casa gritando a la pantalla ¡Yeshúa!, y es la respuesta correcta, más nadie ha dado su vida voluntariamente premeditada por la humanidad en obediencia a su autoridad, ni nadie aparte de Yeshúa ha logrado vivir sin pecado alguno, por tanto, vivir centrado en el primer mandamiento del decálogo, es lo que nos faculta para amar al prójimo por la voluntad de Yehováh.
Cabe destacar, que un genuino consagrado se destaca por obedecer la instrucción como siervo fiel, basta de las excusas que autorizan supuestamente la desobediencia, estamos viviendo un proceso andragógico, es decir, las formaciones que se imparten en nuestro Ministerio son para adultos, les pedimos encarecidamente que evalúen de acuerdo a su experiencia de vida, si lo que se les enseña:
¿Está contra la Ley de Yehovah o contra la moral tradicional?, y si la respuesta es que ¡No está contra de la Ley de Yehovah!, ahora le preguntamos ¿Porque no asumen entonces aplicar la instrucción?
Respetar la cadena de mando establecida por Yehovah, es el primer signo inequívoco que amamos al prójimo como a nosotros mismos, porque nuestras autoridades tienen influencia delegada, derecho legal para influenciar de acuerdo a la Palabra de Yehovah, a través de ellos, debemos reconocer el gobierno de Yehovah en nuestras vidas, si no lo reconoces, caminas fuera de cobertura legal, lo que da pie a la operación de las maldiciones, recuerda como le fue al hijo pródigo cuando abandonó la cobertura.
La Primera Lectura, nos presenta como la sabiduría de Yehováh habita en su pueblo, Sirácides es “Jesús hijo de Sirá” o “Ben Sirá”, se le nombra también como Eclesiástico “libro de la iglesia”, en el capítulo de hoy muestra el respeto del hijo al padre que trae como recompensa el perdón de los pecados y la honra a la madre que prepara gran tesoro para el que lo guarda en el cumplimento del mandamiento más importante de Amar a Yehovah, lo cual repercute en el quinto mandamiento que consiste en Honrar a tu padre y madre para que se prolongue tu vida sobre la tierra.
Esto se debe a que el padre representa la autoridad física o espiritual legítima revestida por Yehovah, para influenciar por medio de la Palabra en el Temor de Yehovah a los hijos.
Los hijos son imagen de la comunión de los Padres con Yehovah, ellos deben aprender a Amar a Yehovah por el fervor que ven en sus padres porque es una cadena, así como los padres imploran a Yehovah, sus hijos también lo harán por imitación de su maestro, líder, protector, visionario, proveedor y cabeza de la casa.
Se nos presenta un Salmo de estilo gradual, es decir, que deja ver armónicamente la sucesión de autoridad en el hogar, con frecuencia entonado cuando celebraban las Fiestas del Señor, es una alabanza propicia para aclamar en el Temor de Yehovah, que es Yehovah la verdadera riqueza en lo presente y en lo futuro.
Se ve el deber del varón en el Temor de Yehovah, apartándose del mundo, carne y demonio, para vivir en santidad en el cumplimiento de sus mandamientos, lo cual trae multiplicación para él y los que están bajo su cobertura.
Su esposa vid llena del espíritu de Yehovah porque el esposo vive apegado a su cabeza que es Cristo y los hijos son el olivo que hacen brillar su rostro o reflejo, por el carácter de los padres que influyen en su madurez espiritual, capacitándolos para formar una nueva familia guiada por el Temor de Yehovah, que se traspasa a las siguientes generaciones a ejemplo de sus padres.
El Evangelio de hoy nos presenta a José, María, Simeón y Ana temerosos a Yehovah cumplían con las obras de piedad, por ello, vieron la manifestación en sus vidas de la promesa de Yehovah, María, José, Simeón y Ana se revistieron del vínculo del amor, ellos guardaban la Palabra de Yehovah. José amaba a María, María respetaba a José y Yeshúa respetaba a sus padres, por ello, vieron la comunión de sus frutos con el Ruaj Hakodesh en sus vidas, lo contrario, la desobediencia a la Palabra trae separación y muerte con Yehovah para la generación presente y futura.
En la Segunda Lectura, el apóstol Pablo a los Colosenses explica cómo debe ser su vida como cristianos por habernos elegidos como miembros de Su Pueblo, en los versos del 12 al 17 estipula que todos individualmente tenemos el compromiso de tener en Alta Estima Su Palabra y así poder relacionarnos con los demás con la Sabiduría del Altísimo para vivir en Su Amor y los versos del 18 al 21 muestran la conducta de acuerdo a la cadena de mando establecida por Yehovah, Yehovah, Yeshúa, Esposo, Esposa e Hijos, buscando las cosas de arriba, dejando fuera de practica todo lo malo.
Dispongan sus corazones Preciosos reyes santos, pequeña manada de Yehováh para recibir la instrucción de la poderosa palabra de Yehováh, que libera, salva y prospera a quienes caminan la senda de los justos. Comenzamos a continuación…
Amén Amén y Amén 🙌🏻🙌🏻🙌🏻🙌🏻 Gloria a Yehovah Dios
amén amen y amen pequeña manada que vive ejerciendo el rol que corresponde