LECTURAS
DEL SHABBAT
EVANGELIO
Juan 2, 1-11
1RA LECTURA
Isaías 62, 1-5
2DA LECTURA
1 Corintios 12, 4-11
SALMO
95, 1-3.7-10
Reflexión de la Palabra Semanal
Se entiende en la cultura del mundo que cada quien hace lo que quiere esforzándose lo más que pueda para conseguirlo, es decir, aplica la frase sálvese quien pueda y como pueda. También aplica el refrán cada quien se arropa hasta donde le llegue la cobija.
El mundo, la carne y el demonio insisten al gritar por doquier que no hay mayor felicidad que la que se consigue a base de luchar por ser independientes atropellando todo en el camino con tal de lograr lo que se aspira obtener en las propias fuerzas.
Esto viene a ser una filosofía sin fundamento, cuando el mismo mundo que proclama el libertinaje, considera que la edad legal en que la persona puede responder legalmente por si misma es a partir de los 18 años.
¿Y que pasa antes de esa edad? ¿Acaso necesita ser salvado? ¿Acaso necesita cobertura? ¿Acaso necesita que le sustenten de todo lo necesario para no morir en el intento de llegar a la madurez?
En contraste, la Palabra de Yehováh enseña claramente que no tenemos en nosotros ninguna habilidad para salvarnos a nosotros mismos, debido al pecado hemos sido destituidos de entrar en la presencia del Padre Creador.
Por tanto, el único que nos puede salvar es Yehovah mismo presentando en amor un sacrificio a partir de un cordero perfecto sin defecto, sin mancha ni arruga, que voluntariamente asuma el castigo por nuestras transgresiones, la rebeldía de querer ser autosuficientes desconectados de quien ha puesto su aliento en nosotros y en el momento en que se le ocurra recobrarlo, desploma en un parpadeo todo el orgullo carnal.
Yehoshúa fue enviado a los suyos y estos le rechazaron, dicho en perfecto español seria: la salvación de Dios fue enviada a los suyos y ellos la desestimaron.
Y se pudiera pensar que aquella que en un principio no fue tomada en cuenta para el Pacto Matrimonial con el amado, la abandonada, la desolada, proveniente de la multitud de naciones paganas nacidas para esclavitud, aquella, sin ningún tipo de posibilidad de ser desposada por el hijo del Padre Creador, ahora, es la más notable y dichosa entre todas por ser genuinamente la nación del Israel espiritual tomada desde los cuatro puntos cardinales porque vive en Santidad bajo el gobierno de la Palabra de Yehováh.
El agua convertida en vino es un signo de prefiguración que el Verbo Salvación se hizo carne, que derramaría Su Sangre en virtud del rescate de su Amada Ekklesia.
Todo ello facultado por el mismo espíritu de YEHOVÁH, lo que hace posible que la amada por el mismo espíritu refleje todo lo que el amado es, multiplique la obra de comunicación del evangelio dando a luz discípulos del Amado Esposo Yeshúa que le reflejan, le imitan en la obra multiplicadora del mensaje de Salvación.
Y con gran fecundidad promueven el robustecimiento de la Ekklesía Santa, haciéndola perseverar sin manchas ni arrugas sobre su cara, porque prevalece en obediencia bajo el gobierno de YEHOVÁH, ejercido por su cabeza inmediata legal, el Rey de reyes y Señor de señores Yehoshúa Ha Mashíaj, el dueño, el amado esposo siempre fiel de la ekklesía.
Todo esto será ampliado en la hermenéutica que a continuación el Padre Eterno Yehováh de los ejércitos ha dispuesto en su infinita misericordia para que la disfrutemos en este Shabbat de delicias.
A continuación…