LECTURAS
DEL SHABBAT
EVANGELIO
Marcos 13, 24-32
1RA LECTURA
Daniel 12, 1-3
2DA LECTURA
Hebreos 10, 11-14.18
SALMO
16, 5.8-11
Reflexión de la Palabra Semanal
La salvación de Yehováh está dispuesta para todos los hijos que dan prioridad al propósito del Todopoderoso por encima de los anhelos personales.
Ofreciéndose continuamente al dueño de nuestras almas como sacrificios vivos, por lo que dispone de un evento mundial de Salvación de sus elegidos preservándolos del día del juicio de la ira de Dios sobre el pecado y los rebeldes de la tierra.
La bondad del Padre exalta a quienes caminan con humildad su senda, ese día será manifiesto el fruto de los sacrificios ejercidos por los justos que prefirieron entregar su vida para servir a los propósitos eternos.
Y ahora, precisamente la eternidad les revela, los tesoros que tienen acumulados para su vida redimida, en el tiempo propicio de la retribución propia del amor de Nuestro Señor, quien es por siempre el primero y el último.
Hay un tiempo definido por el Padre Eterno para otorgar Salvación Eterna a sus fieles y condenación eterna a los enemigos de la Fe quienes rechazaron el Plan y se convirtieron en aliados infernales para hacerle la guerra a los santos.
A ellos, les espera el lago de fuego y azufre preparado para la serpiente antigua, satanás, todos los ángeles que se revelaron y todas las almas de los hombres que se prestaron para servir al reino de las tinieblas.
Llega el tiempo definitivo de la separación del trigo y la cizaña, tiempo de grandes contrastes en que la novia es toda remozada con atavíos en joyas preciosas, mientras el fuego y el azufre reciben a los condenados eternamente.
Se abre el tiempo de júbilo Eterno para la Ekklesía y el de tortura eterna para los malvados renegados de la Fe.
Hoy en la Primera Lectura, el profeta Daniel nos descorre el velo sobre el evento que pone fin a la guerra que han padecido los santos de Yehováh en todas las generaciones, y es que el tiempo definido por Yehováh el arcángel Miguel se levantará en el poder de Yehovah para someter definitivamente al reino de las tinieblas.
La vida de los justos será preservada y al mismo tiempo ocurrirá la resurrección de los muertos, tanto para la Vida Eterna prometida a los santos de Yehováh y los malvados lo harán, pero para ingresar al castigo eterno.
Lo interesante, es que, aunque muchos aparezcan escritos en el libro de la vida, la posición a ocupar está determinada, por la calidad de la ofrenda que representan sus vidas en lo que se corresponde con la edificación de la novia santa del Cordero Yeshúa Ha Mashíaj.
El Salmo de hoy nos muestra el carácter de los justos que serán resguardados y resucitados para la vida, su mentalidad no está puesta en las afrentas cotidianas del enemigo sino en la Victoria Final, en el botín que les aguarda a quienes viven apegados al logos y al rhema de Yehováh.
Es el mismo Salmo que habla de la confianza del Mesías Yeshúa en Yehováh ya que no dejaría que su cuerpo experimentase la corrupción, quien se duerme en la unción de Yeshúa lo hace confiado que será resucitado para recibir el galardón de la eternidad.
Vida Eterna de gozo en la presencia de Yehováh, aguarda a quienes han puesto su confianza plenamente en la Salvación que procede del Padre quien ha comunicado la verdad de la eternidad, como premio a sus fieles que perseveran guardando sus mandamientos y el testimonio de Amor de Yeshúa Ha Mashíaj, habiendo lavado sus ropas en la sangre del Cordero que nos otorga Vida Eterna por su Pasión, Muerte y Resurrección
Precisamente el Evangelio también muestra la Salvación de los justos como los elegidos convocados desde los cuatro (4) vientos desde los extremos de la tierra y el cielo en la gran cosecha de los santos de todas las generaciones.
Aunque nadie conoce la fecha de ocurrencia de los eventos que transforman la realidad actual en el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva, es un evento profético que está próximo a ocurrir y la Ekklesía se llena de júbilo aguardando el evento que pone fin a toda persecución de los santos.
Aunque los tiempos de Yehováh son cíclicos por cuanto esta profecía se cumplió para Jerusalén en el año setenta (70) de nuestra era, será un evento de carácter planetario no ocurrido aún, y lo que se corresponde con la salvación definitiva.
En la Segunda Lectura se nos muestra a Yeshúa como ofrenda perfecta cuya vigencia es eterna, no así la presentada por los antiguos sumos sacerdotes del linaje de Aarón quienes ofrecían el sacrificio por los pecados renovándolo una vez al año.
Pero cuando la figura perfecta llega lo prefigurado que hablaba de Yeshúa pierde su vigencia, porque no se puede equiparar la sangre de machos cabríos con la propia sangre de Yehováh.
Nuestra postura al caminar ajustados como Ekklesía es de una esperanza de ser glorificados con nuestro amado que crece día con día, en la medida en que se perfecciona nuestra Comunión con el amado esposo Yeshúa Ha Mashíaj.
El futuro de la comunidad de los creyentes es extraordinariamente bueno, por lo que toda tribulación terrenal es pasajera, soportada con paciencia y hasta con alegría cuando fijamos nuestras mentes en los bienes eternos en un reino donde los malvados no tienen cabida.
En Yeshúa somos perdonados definitivamente y nuestras ofrendas continuas no son más que ofrendas de Comunión con Yehováh Nuestro Padre Todopoderoso.
Todo este tema, será desarrollado plenamente en la hermenéutica del Shabbat que Yehováh Padre ha dispuesto, para sustentarnos en este descanso de delicias a continuación…