Mosqueteros de Yehovah

Yeshúa es Comida de Eternidad

LECTURAS

DEL SHABBAT

EVANGELIO

Juan 6, 51-58

1RA LECTURA

Proverbios 9, 1-6

2DA LECTURA

Efesios 5, 15-20

SALMO

34, 2-3. 10-15

Reflexión de la Palabra Semanal

Muchos abogados se meten en problemas legales, muchos contadores están en banca rota en sus finanzas personales.

Muchos maestros tienen hijos que son malos estudiantes, muchos psicólogos y psiquiatras padecen de depresión y trastornos de personalidad.

Muchos consejeros matrimoniales tienen problemas de comunicación efectiva con sus cónyuges o ya están divorciados, muchos médicos adictos a medicamentos o drogas.

Muchos sacerdotes y pastores no tienen tiempo para apacentar la grey de Yehovah.

Muchos hermanos de padre y madre viven como enemigos, muchos bautizados como cristianos católicos o rebautizados como cristianos evangélicos viven como mundanos paganos bajo el credo de sus pasiones carnales.

¿Qué es lo pasa? ¿Porque tanta incongruencia entre la profesión de carrera o peor aún la profesión de Fe y el modo de vida de comportamiento errático que asumen las personas?

Pasar un tiempo estudiando algo nos habilita para ejercerlo, sin embargo, solo la practica continua del conocimiento es lo que nos convierte en maestros.

Y solo cuando generamos conocimiento nuevo a partir de lo que somos como maestros, es que nos convertimos en doctores en el área específica en que nos hemos formado.

Ahora bien, estudiar para el momento o el hacerlo para la vida es lo que hace la diferencia.

Cada profesión requiere en sí mismo de un estilo de vida, esto lo apreciamos con mayor normalidad entre los mecánicos, porque ellos no solo reparan vehículos, no, no, no y no, sus conversaciones son sobre repuestos o autopartes.

Los mecanicos comentan los casos más difíciles que han tenido, sus amigos son los compañeros del taller, pero, sobre todo con los clientes en la calle, se la pasan detectando fallas de carros que les pasan por el frente, y si hay muchos que no son tan extremistas, lamentablemente son el grueso de los malos mecánicos.

Cuando nos ponemos y nos quitamos nuestras profesiones a voluntad, pasamos a admitir ambigüedades que diluyen el carácter, ya no se emplea la racionalidad del conocimiento adquirido, se desecha para ser aceptado como uno del montón.

Esto es sumamente grave, prácticamente a voluntad se deja de tener comunión con nuestras creencias y valores para admitir las liviandades de la vida superficial sin sentido.

En ese punto hemos desechado la comunión con el conocimiento solido que teníamos y comenzamos a ser simples erráticos arrastrados por vanas ilusiones sin fundamento, diluyendo la verdad de lo Eterno, por lo efímero de lo pasajero.

Hoy en la Primera Lectura, habla la sabiduría, nos ofrece un exquisito banquete de conocimiento de la ciencia de Yehováh Dios, sostenida por los pilares que representan los siete (7) espíritus que conforman el Ruaj Hakodesh, mediante el cual nuestras vidas son totalmente transformadas.

Recordemos que conocer es intimar, hacerse uno con lo que se recibe y se convierte en conocimiento, cuando lo que conocemos influye por completo en la forma como actuamos.

Ese banquete proporciona las habilidades necesarias para la toma de decisiones exitosas en nuestras vidas, ya que, al comer el banquete preparado por la sabiduría, nos convierte en sabios por las acciones que vamos tomando de acuerdo a la comunión ejercida por el aprovechamiento de los nutrientes recibidos

En el Salmo se manda a probar a gustar del banquete, para poder con ello experimentar lo beneficioso de los nutrientes que nos aporta, nos dice que tomar del banquete, es lo que nos hace ser temerosos de Yehováh, viviendo para adorar, obedecer y servir al Dios Altísimo.

Nos enseña a dejar de hablar tonterías para dejar de ser tontos, que clamemos delante del Padre Eterno para recibir el oportuno auxilio y respuesta que trae abundancia de bienes en nuestras vidas.

En el Evangelio, encontramos el menú principal del banquete de la sabiduría. Yeshúa nos dice:  Mi Carne es verdadera comida, y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en Mí y Yo en él.

Quien come la Palabra de Vida Eterna se hace uno con Yeshúa, actuando como el Amado actúa desarrollando la vida, gravitando en Su Palabra para todas las decisiones en todas las acciones.

En la Segunda Lectura, se nos enseña el proceso de hacernos uno con Yeshúa, hay que atravesar el arrepentimiento que lleva a la conversión, en donde los hábitos del viejo hombre no se practican más, a partir de ahora, se le canta a Yehováh con los salmos, incluso cánticos nuevos, se le exalta hasta el punto que su propio espíritu se posiciona en nosotros como templos vivos y desarrolla su obra en la Ekklesía a través de nosotros.

Los tiempos son malos, abundan las falsas doctrinas por doquier, por ello, se nos aconseja estar íntimamente ligados al Logos y al Rhema de Yehováh para vivir ajustados en su Palabra de Amor.

Todo esto lo desarrollaremos en el banquete de la hermenéutica que les presentamos a continuación, para que la disfruten y se deleiten en este Shabbat de delicias.

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