Versos del 1 al 6
Job se queja que sus amigos no lo han entendido para nada, respondió a Bildad con una queja familiar que sus amigos eran indolentes atormentadores de su alma.
Job se mantenía firme en negarse a estar de acuerdo con sus amigos en que él había provocado su crisis por algún pecado notable y su negativa a arrepentirse.
Insistía a sus amigos en que no era una víctima culpable delante de un YEHOVAH DIOS justo.
Si el Altísimo había enviado o permitido esta calamidad en la vida de Job, se podía decir que YEHOVAH lo había derribado, porque la calamidad no era solamente un castigo por algún pecado en Job.
Versos del 7 al 12
Job describe como YEHOVAH DIOS lo ha atacado, se quejaba que era el núcleo de su crisis.
Estaba acostumbrado a encontrar consuelo y cierto sentido de una respuesta de YEHOVAH DIOS en sus pruebas anteriores, sin embargo, ahora clamaba al cielo y no escuchaba respuesta.
Esto nos recuerda a una queja de Job en Job 3, 23, donde tristemente dijo que él era alguien a quien YEHOVAH DIOS ha encerrado.
Con un estilo poético profundamente conmovedor, Job describía como sentía que YEHOVAH DIOS lo había llevado bajo, “como un rey sin corona, como una casa con sus paredes destruidas, y como un árbol arrancado”.
Aunque Job no podía comprender, ni se podía esperar que lo hiciera, YEHOVAH DIOS aún lo tenía en un favor y cuidado especiales.
El Altísimo puso a Job en un lugar donde se esperaba que creyera, a pesar de lo que parecían ser circunstancias irrefutables y sentimientos personales.
En los versos del 8 al 12, Job narra la progresión invertida de un sitio antiguo y la conquista de una ciudad, sin embargo, la ironía era que Job no era como una ciudad poderosa, sino solo como una tienda humilde.
Podemos ver la progresión invertida comenzando en el verso 8:
· Cautividad “Cercó de vallado mi camino, y no pasaré; y sobre mis veredas puso tinieblas”.
· Destronamiento “y quitado la corona de mi cabeza”.
· Ser como un muro derribado “me arruinó por todos lados”.
· Ser como un árbol arrancado “y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado”.
· Que pongan un sitio a su alrededor “vinieron sus ejércitos a una, y se atrincheraron en mí”.
· Siendo rodeado “y acamparon en derredor de mi tienda”.
Versos del 13 al 20
Job probablemente se refería a sus tres amigos Elifaz, Bildad, y Sofar, alguna vez los consideró como hermanos cercanos, pero ahora sentía que lo habían abandonado y se habían puesto en su contra.
Antes de su crisis, Job era un hombre rico e influyente, sin embargo, ahora sus propios criados no lo obedecían ni lo respetaban.
Job se encontraba en un estado tan miserable, tanto física como espiritualmente, que su esposa no quería tener nada que ver con él, como en Job 2, 9.
Los hijos a los que Job se refiere aquí deben ser los nietos de los que eran simbólicamente sus hijos, todos los diez hijos de Job murieron en un trágico accidente (Job 1, 2; 1, 18-19).
Job aquí se refería a su condición enfermiza y macilenta, cerca estaba de la muerte física.
No hay piel sobre los dientes o apenas alguna y por lo tanto, Job intenta decir que casi no quedaba nada de él, como la piel de sus dientes.
Al final del capítulo 16 Job estaba obsesionado con la noción de que alguien en el cielo lo defendería y abogaría por su caso.
Pero aquí en el capítulo 19, él esperaba ser testigo de su vindicación en la tierra.
A este punto Job no conservaba ninguna esperanza de la preservación de su piel, él sabía que su piel sería desecha, ya se encontraba en una condición muy mala según Job 2, 7-8.
Aunque Job esperaba que la destrucción de su piel fuera completada, al mismo tiempo tenía la confianza de fe de saber que YEHOVAH DIOS no se escondería por siempre;“que en mi carne he de ver a YEHOVAH”.
Este sería el momento de consuelo, restauración y vindicación de Job, tendría confianza en YEHOVAH incluso si sólo venía después de que la vida sobre esta tierra se hubiera acabado.
Esta osada confianza de Job, aunque brilla como un destello de fe en un trasfondo oscuro de desesperanza, derrotó completamente la confianza de Satanás de que Job podía ser puesto en contra de YEHOVAH DIOS.
Su confianza, ciega como se encontraba en ese momento, estaba puesta sobre el hecho de que un día vería a YEHOVAH DIOS por sí mismo, una declaración poderosa y poéticamente repetida por énfasis.
El lenguaje de Job en el capítulo 19 está lleno de evocadoras premoniciones sobre la crucifixión de Yeshúa Ha Mashiaj.
· YEHOVAH DIOS me ha envuelto en su red (Job 19, 6).
· Sobre mis veredas puso tinieblas (Job 19, 8).
· Me ha despojado de mi gloria (Job 19, 9).
· Me arruinó por todos lados, y perezco (Job 19, 10).
· Hizo arder contra mí su furor, y me contó para sí entre sus enemigos. (Job 19, 11).
· Hizo alejar de mí a mis hermanos (Job 19, 13).
· Mis conocidos se olvidaron de mí (Job 19, 14).
· Los que yo amaba se volvieron contra mí (Job 19, 19. 20).
Lleno de confianza espiritual y fe, Job advirtió a sus amigos sobre su propia incredulidad.
Ellos parecían creer más en YEHOVAH DIOS como un sistema de creencia, que como en una persona, a quien Job podía ver y que algún día lo vindicaría
Job, incluso cuando sus trágicas circunstancias lo han inducido a un nuevo temor de YEHOVAH DIOS, nunca exhibe el menor temor del juicio de DIOS, se encuentra ansioso de verlo cumplirse.
No tenía miedo del juicio porque estaba confiado en que los cargos en su contra eran falsos y que su Redentor lo vindicaría, sin embargo, nuestro Redentor también nos limpia de nuestra verdadera culpa.
Él ahora ha desahogado a su angustia, se ha aferrado todo ese tiempo a su sentido de inocencia y se ha levantado de su desesperación hasta una altura donde ve, por un breve momento, la mejor costa que yace más allá de la corriente oscura de la muerte.
Y entonces, en silencio y exhausto, tiene que escuchar una vez más a la voz del trío de sus consoladores.
Versos del 21 al 22
Job suplica por compasión a sus amigos, a la luz de la elocuencia y la verdad de su queja anterior, llamaba a sus amigos a que por lo tanto tuvieran compasión de él.
En vez de unirse en su contra en un concierto de condenación, debían tener compasión de éste que había sido tan afligido por la mano de YEHOVAH DIOS.
Job hizo esta apelación a YEHOVAH DIOS y sentía que no le había sido dada respuesta, ahora apelaba a sus amigos, y esperaba que por lo menos voltearan sus corazones hacia él.
Versos del 23 al 29
La triunfante proclamación de Fe de Job, en estos versos parecía no tener ni idea de que su drama y tragedia personal serían escritas y se escribirían en un libro, para el beneficio de innumerables personas a través de generaciones subsiguientes.
“Sus palabras y su vida serían escritas con cincel de hierro y con plomo, esculpidas en piedra para siempre”.
Este es otro de los brillantes destellos de Fe en el trasfondo de Job, que estaba por otra parte oscuro y triste por la crisis y el sufrimiento.
Cuando consideró que las futuras generaciones verían su vida y sus palabras, fue movido a una triunfante declaración de Fe.
Job sabía que tenía un Redentor, alguien que lo rescata de su crisis, desesperanza y cada acusación hecha en su contra.
Los versos del 25 al 27 están tan firmemente entrelazados que no debe haber duda que el Redentor es YEHOVAH DIOS.
Job sabía que su Redentor estaba vivo y que porque vivía también podía traerle a la vida, era más que un concepto espiritual, un ser viviente que podía al fin levantarse sobre el polvo, vendría a consolarlo y vindicarlo, aunque a este punto Job había estado notablemente sin consuelo evidente de YEHOVAH DIOS.