Versos del 1 al 2
La palabra “Si” ocupa un lugar preponderante. En este capítulo, Moisés exhortó a la nación dándoles una elección.
EL “Pacto” de YEHOVAH DIOS hecho con Israel contenía tres partes principales: La ley, el sacrificio y la elección.
La idea detrás de la elección es que YEHOVAH DIOS estaba determinado en “revelarse” al mundo por medio del pueblo de Israel.
Esto lo haría al Bendecirlos tanto que el mundo sabría que solamente YEHOVAH DIOS pudo haberlo Bendecido de tal manera o al maldecirlos de tal manera, que solo YEHOVAH DIOS podría haberlos maldecido y causar que aun así sobrevivan. La elección dependía de Israel.
Como una forma literaria, este capítulo es similar a los tratados antiguos entre el rey y su pueblo, este es el Rey, haciendo un “Pacto” con su pueblo, Israel.
En el este antiguo era acostumbrado para los tratados legales concluir con pasajes que contuviesen Bendiciones sobre aquellos que observan las promulgaciones y maldiciones sobre los que no lo hicieran.
Por lo tanto, si Israel obedecía a YEHOVAH DIOS, ÉL los exaltaría sobre todas las naciones de la tierra y la “Bendición” sería tan poderosa que vendrán sobre Israel todas las Bendiciones señaladas y le alcanzarían. “No serían capaces de escapar de estas Bendiciones”.
Versos del 3 al 14
Una Israel “Obediente” sería Bendecida en todo lugar: en la ciudad. . . bendito tú en el campo. . . en tu entrar . . . en tu salir.
Una Israel “Obediente” sería bendecida en sus hogares y sus granjas y en sus cocinas (el fruto de tu vientre. . . el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias . . . Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar).
Por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante de ti, una Israel “Obediente” sería bendecida en la guerra.
Este grado de “Bendición” obviamente declara una “Bendición” Divina.
La mejor “Bendición” tenía que ver con la relación de Israel con YEHOVAH DIOS. ÉL separaría a una Israel “Obediente” para sí mismo, hablando de una relación especial.
Si no fuera por eso, todas las Bendiciones materiales mencionadas previamente estarían vacías.
El propósito de YEHOVAH DIOS al Bendecir a Israel era más grande que solo enriquecer a la nación por Amor a ellos.
ÉL tenía la intención de Glorificarse a sí mismo al Bendecirlos como su esposa, Nación Santa de predilección.
Cuando Israel caminaba con YEHOVAH DIOS, estas Bendiciones eran reales; un ejemplo de esto es cuando la reina de Saba vino a Salomón y vio a una nación tan Bendecida, que ella sabía que tenía que ser la obra de YEHOVAH DIOS (1 Reyes 10, 1-13).
Verso 15
El aspecto del “Pacto” de la elección era una espada de dos filos. La Obediencia traería gran “Bendición”, pero la desobediencia traería grandes maldiciones.
Es decir, la “Bendición” para una Israel “Obediente” o las maldiciones para una Israel “desobediente” serían inevitables.
El resto de este capítulo es de terror.
En realidad, un análisis lógico de este capítulo es casi imposible, ya que el enfoque final no era ser lógico, sino de construir una impresión vívida al presentar imagen tras imagen, hasta que el oyente pudiera oír y sentir la importancia de las palabras del predicador.
Versos del 16 al 68
Maldito en la ciudad. . . maldito tú en el campo. . . en tu entrar . . . en tu salir, una Israel “desobediente” sería maldecida en todas partes.
Maldito el fruto de tu vientre. . . el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias . . . malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar, una Israel “desobediente” sería maldecida en sus hogares, en sus granjas y en sus cocinas.
Una Israel “desobediente” será maldecida en su salud.
Una Israel “desobediente” sería maldecida en su clima.
Una Israel “desobediente” seria maldecida en la guerra.
Una Israel “desobediente” sería maldecida con injusticias simples y terribles tragedias, otro hará suya la mujer con la que desposaste antes que tu.
Todas estas tragedias, darán esto como resultado que enloquecerás, a causa de lo que verás con tus ojos.
Una Israel “desobediente” sería atacada o conquistada por gente fiera de rostro y ellos pelearían hasta destruirte.
Esto se volvió cierto con el reinado postrero en 2 Reyes 6, 24-30, describe una hambruna tan severa en una ciudad israelita saqueada que hubo una pelea entre dos mujeres por comerse a sus hijos.
Un cumplimiento terrible de esta promesa, comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas lo tenemos en Lamentaciones 4, 1-11 describe vívidamente los horrores de los saqueos en Israel.
YEHOVAH DIOS te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo, en el final, Israel sería dispersada.
Eso es producto de la “desobediencia”, estas maldiciones se convirtieron en la historia de Israel.
Claro, muchas de estas maldiciones horribles sobre Israel se cumplieron durante los años de la historia registrada en el Antiguo Testamento, pero su cumplimiento no terminó con la historia de la Biblia, Antiguo ni Nuevo Testamento.
Por ejemplo, alrededor de los años 68 d.C. los romanos finalmente tenían suficientes judíos rebeldes en Judea, así que saquearon Jerusalén.
En ese tiempo, los judíos esperaban fervientemente la venida del Mesías para salvarlos y conquistar a los romanos, basándose en la promesa de YEHOVAH DIOS de destruir a cualquier ejercito que intentara saquear Jerusalén.
En Zacarías 12, 1-9, tristemente los judíos de esta época, totalmente disociados rechazaron a Yeshúa Ha Mashiaj, despreciando al mismo YEHOVAH DIOS Omnipotente, por lo que ÉL los rechazó y fueron destruidos hasta los cimientos en Jerusalén.
Por tanto, la profecía de Zacarías 12, 10 se cumplirá en la “Parusía”, la cual describe su abrazo humilde y arrepentido de un Mesías perforado.
Yeshúa restaurará la Gloria de Jerusalén, pero esto vendrá solo después del arrepentimiento nacional. Cuando en una gran conversión, todos se vuelvan humildemente, a la piedra angular rechazada.
En contraste, los judíos en la época de Yeshúa, estaban tan confiados en la venida del Mesías que entre ellos mismo se peleaban y se quemaban la comida, tratando de ser el grupo más poderoso cuando el Mesías llegara.
Era como si estuvieran sirviendo a los romanos a propósito, destruyendo lo que la ciudad les había provisto en contra de un saqueo y cortando los tendones de su propia fuerza.
Por medio de la hambruna, ciertamente la ciudad decayó, un destino que pudo haber sido prácticamente imposible, si ellos mismos, no hubiesen preparado el camino.
Cuando el general romano Vespasiano vino a Jerusalén, las facciones judías estaban ocupadas peleándose entre ellas mismas. Su personal le impulsó a atacar inmediatamente, pero él sabía que un ataque rápidamente uniría a los judíos.
Así que él se apartó y dejó que se destruyeran entre ellos por todo el tiempo posible. Él dijo que YEHOVAH DIOS era un mejor general que él y que estaba entregando a los judíos en las manos de los romanos.
Antes de que Jerusalén fuera atacada, Vespasiano se hizo emperador y puso a su hijo Tito a cargo del ataque.
En contraste, cristianos en Jerusalén hicieron caso a las palabras de Yeshúa en Lucas 21, 20-24, en las cuales Él les dijo que huyeran de Jerusalén, cuando estuviera rodeada de ejércitos, “sepan entonces que su destrucción ha llegado”.
En el saqueo de Jerusalén, el hambre se volvió tan grande que muchos intentaron escalar los muros en busca de comida. Más de quinientos (500) fueron capturados y crucificados diariamente.
Los soldados de rabia y odio se divertían clavando a sus prisioneros de diferentes maneras y grandes eran las cantidades, no había suficiente espacio para las cruces, ni suficientes cruces para los cuerpos.
Más de seiscientos mil (600.000) murieron de hambre y sus cuerpos fueron aventados por los muros de la ciudad. En total, más de un millón murieron y noventa y siete mil (97.000) fueron capturados, la mayoría de los capturados fueron vendidos como esclavos a Egipto.
La promesa de Deuteronomio 28, 68 se cumplió trágicamente, “serán vendidos a sus enemigos por esclavos, esclavas y no habrá quien los compre”. Esto pasó, ya que demasiados esclavos judíos inundaron el mercado de esclavos en Egipto y nadie podía comprar todos los esclavos disponibles.
Después de la conquista, lo judíos que aún vivían en Judea eran continuamente sojuzgados y humillados por los romanos.
Los romanos continuaban recolectando el impuesto del templo de los judíos, a pesar de que su templo había sido destruido por completo.
Así que los romanos tomaban el impuesto del templo, para pagar por sus templos paganos.
Después de unos años, los judíos de Judea se revelaron en contra de los romanos nuevamente en 132 d.C, con un hombre llamado Bar-Kojba como líder de la batalla. Fue proclamado como el Mesías por los rabinos que apoyaban la rebelión.
Sin embargo, después de la rebelión de Bar-Kojba, Roma finalmente aplastó a la población judía de Judea. Como resultado de las muchas batallas, la ciudad que alguna vez fue hermosa, nunca se pudo reconstruir.
Lamentablemente, eso no fue todo, la maldición para Israel no había terminado. Ahora, trágicamente, la iglesia y los cristianos están en contra de los judíos.
Es como si las ramas del árbol atacaran a su propia raíz. Mientras la iglesia cobraba poder político y se convirtió en la religión oficial del impero romano, decidieron atacar a los judíos.
Hicieron esto en parte como retribución, por los primeros años distantes de la persecución judía por los cristianos.
Era también por el rechazo actual de Yeshúa como el Mesías, lo que resultaba muy ofensivo para el nuevo poder religioso.
Sin embargo, la motivación más grande era una estrategia evangelista bizarra. Los cristianos creían que “Los judíos están tan maldecidos, porque ellos mataron su Mesías”.
Las maldiciones tienen la intención de hacer que los corazones de los judíos regresen a YEHOVAH DIOS.
Por siglos, los peores enemigos de los judíos fueron los cristianos, pensando que podían ayudar a YEHOVAH DIOS maldiciendo a los judíos.
Gloriosamente, la maldición no era ni es el final para el pueblo judío.
Como describe Ezequiel 37 YEHOVAH DIOS ya ha comenzado a hacerlo, revivirá al pueblo judío como de la muerte y los preparará para ser usados estos últimos días.
YEHOVAH DIOS no ha terminado con Israel y la maldición no será su legado final.
Incluso, así como con las “Bendiciones”, el propósito de YEHOVAH DIOS en maldecir a Israel sería mucho más grande que solamente castigarlos inmediatamente por su pecado. Es para ser testimonio a las naciones.
YEHOVAH DIOS haría esto para su Gloria y porque lo Glorificaría, ÉL se regocijaría en la obra, así como YEHOVAH DIOS se gozaba en hacerles el bien y en multiplicarlos.
Serán arrancados de sobre la tierra a la cual entrarán para tomar posesión de ella.
YEHOVAH DIOS no se regocija en la muerte de un pecador, se regocija en la Glorificación de su Justicia sobre los pecadores incorregibles.
Amén Gloria al Padre Yehováh, me enamoré mas con esta enseñanza, las maldiciones reflejan cuando desea el Padre Eterno que le amemos y probemos su Bendición