Verso 1
Comenzamos a estudiar el cuarto libro de Moisés llamado Números.
Quizás podemos llamar a este libro, el libro de la aritmética de toda la Biblia. Fue llamado “aritmoi” que significa aritmética.
Su nombre proviene del censo que se describe en este primer capítulo y del censo que se menciona en el capítulo veintiséis (26).
El libro da continuidad a la historia de un pueblo, donde el libro del Éxodo la interrumpió.
Versos del 2 al 3
Los hijos de Israel deben ser contados con el propósito de crear un ejército. Ahora, un ejército es para la guerra.
Cuando estaban ellos en la tierra de Egipto, eran esclavos. YEHOVAH DIOS luchó por ellos.
No les pidió que lucharan, pero ahora que han sido traídos de Egipto al desierto, ellos tienen que pelear contra sus enemigos.
Esta fue la primera vez, que los israelitas oyeron de la guerra.
En este libro encontraremos guerras, trompetas, batallas gigantes y todo lo relacionado con la vida militar.
Verso 4
Este versículo cuatro indica que YEHOVAH DIOS tiene interés en los individuos.
Los movimientos en masa tienen su lugar y desempeñan su papel, pero YEHOVAH DIOS tiene interés en los individuos redimidos.
Moisés y Aarón habían recibido la orden de realizar un censo y se les prometió que tendrían un ayudante de cada tribu. Encontramos aquí los nombres de los ayudantes.
Versos de 5 al 17
Encontramos aquí los nombres de los ayudantes para comandar los soldados alistados por cada 1 de las 12 tribus y no vamos a explicar el significado de toda esta lista, es evidente que eran importantes para YEHOVAH DIOS.
Si uno comprende el sentido hebreo de los nombres, cada uno le dará un mensaje maravilloso, en cuanto al llamado que tenían, porque los nombres expresan propósito.
Vamos a explicar solo el primero para este comentario del Reto Bíblico, de forma que se haga una idea de lo imponente que se plasme en detalle la lista.
Elisur, el hijo de Sedeur era aquel hombre, pues Elisur significa “Mi Dios es una Roca” y Sedeur significa “El Omnipotente es Fuego.”
Es posible que este hombre Elisur (Mi Dios es una Roca) perteneciera a una tribu impetuosa como las aguas.
Descendiente del primer hijo de Jacob, Ruben (Génesis 49, 3-4), pero él tenía algo diferente, conocía a una Roca que es firme.
Verso 18
Las genealogías son importantes, porque YEHOVAH DIOS prohibió el matrimonio entre ciertos parientes o entre Israelitas y personas de otras razas.
Y para YEHOVAH DIOS era esencial, que a un verdadero hijo de Jacob, le fuera posible declarar su linaje.
Ellos eran los beneficiarios del Pacto hecho con Abraham.
La genealogía era necesaria, para poder determinar posteriormente el ordenamiento territorial de acuerdo a sus labores.
Aquellos que no tenían un linaje de Aarón dentro de la tribu de Leví simplemente eran excluidos del privilegio del Sacerdocio en el Tabernáculo.
El linaje determina habilidades genéticamente perfeccionadas.
No es un secreto, que los seres humanos más destacados en la historia de la humanidad, provienen de generaciones dedicadas a la misma actividad.
A partir, de la quinta generación cuidadosamente santificada, las habilidades que costaron ser desarrolladas por los antecesores, son destrezas impresionantemente naturales en los niños.
Por esta razón, cualquier especialista destacado a nivel mundial en algún área no causa sorpresa que sea Israelí.
Ratificamos lo afirmado desde Génesis, la lucha es por el dominio mediante la genética.
Necesitaríamos una calculadora, para ir sumando todas las cifras que aparecen en este capítulo.
No vamos, a leer todos esos números de las doce tribus de Israel, ni los números de los que estaban en cada tribu.
Así es que vamos a leer entonces el versículo 21 y luego pasaremos al versículo 23.
El versículo 21 dice así: “Los contados de la tribu de Rubén, fueron 46.500”. Y el versículo 23, dice: “Los contados de la tribu de Simeón, fueron 59.300”.
Y así sigue hasta el versículo 46, donde dice: “Fueron todos los contados: 603.550”.
Este es el total exacto, lo cual puede ser fácilmente comprobado. Pero notemos que los Levitas no eran contados.
Versos del 47 al 50
Los Levitas no fueron contados entre ellos, porque, como acabamos de leer, habló YEHOVAH DIOS a Moisés, diciendo: “No contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de ellos entre los hijos de Israel.”
La razón, por la cual no eran contados para la guerra, era porque estaban completamente ocupados en el manejo del Tabernáculo.
Lo levantaban, es decir, lo armaban de noche cuando entraban en el campo y lo desarmaban cuando estaban listos para marchar a la mañana siguiente.
Versos del 51 al 54
Los hijos de Israel, tenían que saber quiénes eran. Era también importante que cada uno de ellos supiera a qué tribu pertenecía.
Cada israelita, tenía que saber quién era y su ascendencia familiar.
No podían salir a la guerra, a menos que cada miembro de cada tribu supiese su posición.
Durante todos los años en el desierto, la disposición del campamento y el orden a seguir en su marcha, eran ordenados según la dirección de YEHOVAH DIOS.