Versos del 1 al 14
Quinta: El candelabro y los dos olivos. Otra preocupación que se percibe en la época del profeta es el ejercicio del poder: ¿quién debe ejercerlo, la parte civil o la parte religiosa?.
El sector religioso no está muy interesado en una nueva monarquía, por eso considera que es la hora del sector religioso y por eso se hará mayor énfasis en la teocracia.
Los judíos de hecho, no podían hacerse muchas ilusiones con entronizar de nuevo un rey, ya que su condición de vasallos de Persia no se lo permitía.
Sin embargo, no perdían la esperanza que un descendiente davídico volviera a ocupar el trono en Jerusalén.
De todas formas, las perspectivas se ven lejanas, por eso se empieza a soñar con dos tipos de Mesías: uno de índole sacerdotal y otro de índole civil o laico.
Ambos procederán de un mismo y único Señor YEHOVAH de toda la tierra, que en esta visión es representado por el candelabro de las siete lámparas como símbolo de poderío y majestad.
De ÉL proceden los dos ungidos, representados por los dos árboles de olivo que penden del candelabro.
Las palabras dirigidas en forma exclusiva a Zorobabel indican la deferencia particular por este descendiente de David, en quien se han fijado también las esperanzas de la restauración.
Aunque insignificante al principio, será grandiosa en su final, porque será fruto exclusivo del poder del Espíritu de YEHOVAH (vs 14. 10a).