Versos del 1 al 32
Responsabilidad personal. Tenemos aquí uno de los mensajes más importantes de este libro, que se repite más brevemente en Ezequiel 14, 12-14 y 33, 10.
El proverbio del que reniega Ezequiel expresa una realidad: la generación de los exiliados está pagando los errores y los pecados de las generaciones precedentes.
Para los contemporáneos de Ezequiel, esa certeza justificaba un cierto fatalismo y la sensación de derrota ante la situación presente.
Equiparaban la justicia de YEHOVAH Dios a la de los hombres, acostumbrados como estaban a que se castigaran las faltas del padre de familia masacrando a todos los suyos.
Ahora que están lejos de su país y que el culto al Altísimo ya no se celebra no hay remedio. Ezequiel habla de una justicia de YEHOVAH DIOS que toma en cuenta a las personas y da a cada uno lo que se merece.
Afirma la posibilidad de convertirse y de obtener de Dios las bendiciones perdidas por la conducta anterior, YEHOVAH DIOS sólo quiere dar vida, con tal que se vuelva a su Alianza.
Todo eso es decisivo para devolver la esperanza y para motivar a los exiliados, cuyos hijos volverán un día a su país para reconstruir el pueblo de YEHOVAH DIOS sobre bases más serias.
Sin embargo, los oyentes de Ezequiel no podían dejar de ver que la vida desmentía su optimismo respecto a la justicia de Dios.
Hay muchos casos en que los justos no llegan a viejos y no parecían verse recompensados por sus trabajos.
Se comprende entonces que después de haber detallado todos los posibles pecados del malvado, Ezequiel utilice sin más precisión las palabras “vivirá”, “morirá”.
Afirma lo que debiera ser y que tal vez no será, aunque todavía no ha llegado el momento de creer en una recompensa después de la muerte.
Guarda dentro de sí la idea, que YEHOVAH Dios sabrá hacer algo para que el justo reciba lo que merece.