Versos del 1 al 22
Segunda lamentación. La presentación de esta segunda lamentación es semejante a la primera, cada estrofa comienza por una de las letras hebreas.
El contexto, sin embargo, ha cambiado, el Templo de Jerusalén ha sido ya destruido por los babilonios (587 a.C.).
El autor, hablando esta vez en primera persona, contempla la situación con ojos de profeta.
Si bien describe el dolor presente en que está sumido el pueblo (vs 10-16) como lo hace en la primera lamentación, su mirada apunta ya claramente al futuro.
El tema de la justicia de YEHOVAH Dios domina todo el capítulo. Si su justicia puede causar la muerte, ciertamente puede devolver la vida (Salmo 31, 6; Lucas 23, 46).
El mismo Señor que permitió el desastre (vs 1-9), es el único Salvador (vs 17-22) que puede liberar, de nuevo, a Su pueblo.
Gloria a YEHOVAH Dios porque si él es el que produce la herida, él la vendará.
En este capitulo vemos que no hay nadie mas fiel que YEHOVAH Dios para cumplir todo lo que ha prometido, tanto en la bendición como en la maldición, pues es JUSTO para dar a cada quien según lo que ha escogido.
Vemos como se desata sobre Israel la ira de YEHOVAH a causa que no quisieron escuchar a sus profetas para que arrepintiéndose se volvieran al Señor. Y es lo mismo en nuestros tiempos con aquel que voluntariamente rechaza a Yeshua Ha Mashiaj y vive en el pecado. El pecado lo ve muy sabroso pero manifestará frutos de muerte por causa de haberse negado a su Dios.