Versos del 1 al 24
Primeros reyes: David y Salomón. El puente entre el período de los jueces y la monarquía es Natán (vs 1), mencionado para introducir la figura de David (vs 1b-12).
Sirve para legitimar el cambio de época, toda vez que es Natán el profeta de YEHOVAH DIOS, encargado de transmitir los mensajes divinos al rey.
De David se resalta precisamente su elección divina (vs 2-3), pero además se señalan sus iniciativas respecto a la oficialización del culto en Jerusalén (vs 8-10).
No se oculta su pecado, pero para resaltar la infinita bondad y misericordia de YEHOVAH DIOS.
Le sucede su hijo Salomón (vs 13-23a), quien asumió el poder en un período de paz, se recuerda la primera época de su reinado y se resalta especialmente su sabiduría (vs 14-17).
Pero a la hora de establecer el origen de todos los extravíos de Israel, como pueblo organizado en torno a la monarquía, no se duda en poner en el mismo Salomón los orígenes de dichos desvíos (vs 18-20).
Con todo, se resalta otra vez la bondad y fidelidad de YEHOVAH DIOS, que no destruyó a su pueblo por los pecados de Salomón, aunque sí lo castigó severamente con la división del reino y con el destierro, primero de los habitantes del Norte y luego los del Sur.
De la serie de reyes, directos sucesores de Salomón, ni de los que surgieron en el Norte, Ben Sirá hace mención alguna, más aún, llama a “no pronunciar sus nombres”.