Versos del 1 al 5
De este pueblo numeroso viene Moisés (vs 1) de quien el historiador dice que es la figura más amada de todo el pueblo, ya que YEHOVAH DIOS lo dotó extraordinariamente para ser cabeza y guía de su pueblo en todos los aspectos.
Nótese que en este primer tramo del elogio o encomio, no se tienen en cuenta otras figuras tan importantes como el primogénito de Abrahán, Ismael, también por promesa divina, padre de una gran multitud: los pueblos árabes, ni al hermano mayor de Isaac, Esaú, padre de los edomitas.
Ni por accidente se menciona tampoco a ninguna matriarca de Israel: Sara, Agar, Lía, Rebeca, Raquel, con ellos y ellas también hizo Dios historia.
Esto se debe a que YEHOVAH DIOS contempla en la figura matrimonial a dos como uno solo, en Abraham está Sara, en Isaac está Rebeca, en Jacob están Raquel y Lea, más sus dos concubinas.
Bajo la corriente liberal se plantea en esta postura que existe menoscabo hacia la mujer, olvidan que en el desarrollo del texto Bíblico, los escribientes siguen el patrón de autoridad determinado por YEHOVAH DIOS desde el principio.
Es decir, que todo el que tilde a Ben Sirá de uno con complejo machista, no entiende la veracidad del linaje patriarcal constituido y afirmado en el Pentateuco por voluntad de YEHOVAH DIOS.
Versos del 6 al 26
Aarón y Finjas. Ningún comentarista afirma que Ben Sirá sea sacerdote, pero que siente una admiración y una veneración inmensas por esta institución y por ciertas figuras sacerdotales, es un hecho palpable, lo cual se puede ver en el espacio dedicado a Aarón (vs 6-22).
No sólo para elogiar sus actitudes personales, sino para describir sus arreos sacerdotales, con lo cual nos prepara al gran elogio que hará de Simón, sacerdote contemporáneo de la época de Ben Sirá.