Versos del 1 al 22
La Gloria se marcha. El Templo ya no es el “lugar” apto para la presencia de YEHOVAH Dios.
Primero, porque se ha convertido en lugar de abominaciones, ha sido profanado, segundo, porque está contaminado con cadáveres dispersos por todos lados, al igual que la ciudad.
Ezequiel maneja toda esta simbología para transmitir la idea de porque el Altísimo ya no puede estar más en tierra israelita.
Desde el destierro, Ezequiel preparará el camino para una nueva etapa en la historia religiosa de su pueblo.
Dios ha castigado con la espada, el hambre y la peste, para rematar castiga ahora con su ausencia a todos los que han quedado en territorio israelita.
Nótese cómo inmediatamente después de estos eventos, el Altísimo mismo se compromete con sus fieles desterrados en la creación de unas realidades nuevas, retorno, nuevo corazón y, por tanto, nueva alianza (Ezequiel 11, 17-21).