Versos del 1 al 10
El factor común en este segmento es la rectitud en las relaciones, especialmente la integridad en las relaciones de amistad.
De nada vale tener muchos amigos, si en ninguno se puede confiar, la amistad íntegra nunca es encubridora, corrige abiertamente y con libertad, nunca es lisonjera ni engañosa.
Con toda razón afirma la misma corriente de la sabiduría, “quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro” (Eclesiástico 6, 14).
Versos del 11 al 27
El maestro de sabiduría asume de nuevo el papel del padre que con base en los años vividos y en la experiencia acumulada enseña a sus hijos o discípulos.
El maestro o padre hace caer en la cuenta de la necesidad que tienen los jóvenes de ser educados, puesto que su inexperiencia los lleva fácilmente a desviarse del recto camino.
Estas enseñanzas se centran en las precauciones propias de la sociedad, judíos del postexilio:
Salir fiador por un forastero (vs 13).
Guardarse de la hipocresía (vs 17.19).
De la mujer pendenciera (vs 15-16).
Acostumbrarse a comer del fruto del trabajo de uno (vs 18).
En definitiva, adecuar la vida para que la conciencia tranquila fundamente la propia seguridad.