Versos del 1 al 6
En estos versos vemos las características del reinado de Asá. Este bisnieto de Salomón tomó el trono de Judá al final del reinado de Jeroboam en Israel y del breve reinado de su padre.
Como se relata en 1 de Reyes 15, 11, Asá fue más como su ancestro David en su carácter como rey, que como su propio padre.
Asá lanzó un movimiento de reforma que arremetió contra la idolatría y sancionó oficialmente el pecado.
1 de Reyes 15, 12 dice que quitó del país a los sodomitas. Estos prostitutos homosexuales del templo de ídolos fueron introducidos a Judá durante el reinado de Roboam (1 de Reyes 14, 24).
El padre de Asá, Abiam, no quitó estas perversiones e ídolos, pero el rey Asá sí.
1 de Reyes 15 también nos dice que privó a su madre Maacá de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Esto demostró la minuciosidad de las reformas de Asá.
Fue capaz de actuar correctamente incluso cuando su familia estaba equivocada, en particular su propia abuela, llamada Micaías en 2 de Crónicas 13, 2.
Es en el círculo familiar de un hombre que su fidelidad es realmente puesta a prueba.
Mandó a Judá que buscase a YEHOVAH DIOS de sus padres, el rey Asá no podía forzar al pueblo a buscar a YEHOVAH DIOS y a obedecerlo. Sin embargo, podía ordenarles con fuerza moral y con su propio ejemplo.
1 de Reyes 15, 14 dice del reinado de Asá, sin embargo, que los lugares altos no se quitaron, como 2 de Crónicas 14, 3 conecta estos lugares altos con las imágenes.
Por lo tanto, Asá quitó los lugares altos que estaban dedicados a los ídolos, pero no los que estaban dedicados a YEHOVAH DIOS.
También 1 de Reyes 15, 14 nos dice que el corazón de Asá fue perfecto para con YEHOVAH DIOS toda su vida. Aquí vemos la Bendición que él y el reino de Judá disfrutaron por su corazón leal al Altísimo.
Edificó ciudades fortificadas en Judá, aunque no tuvo guerras, proveyó para ellas. También lo hizo así la reina Elizabeth, como lo debe hacerlo todo soldado Cristiano.
Verso 7
El cronista incluye este relato, no registrado anteriormente en 1 de Reyes, para alentar al pueblo de su propio tiempo, a quienes se les había permitido reconstruir la destruida ciudad de Jerusalén después de su caída ante Babilonia.
Versos del 8 al 10
Este imponente ejército evidentemente representaba una fuerte amenaza para Judá. Aunque el ejército de Judá tenía un ejército de 580.000 hombres Vs 8, este ejército enemigo era casi el doble de grande.
Asá podía saber que el poder de YEHOVAH DIOS no era limitado, porque el ejército de Judá era más pequeño al rememorar el antecedente de lo que el Altísimo hizo para Judá bajo el reinado de Abías, su Padre (2 Crónicas 13, 3).
En su oración, Asá entendió correctamente que el poder de YEHOVAH DIOS no se limitaba ni se fortalecía por la aparente debilidad o fortaleza del hombre.
Reconoció que esta batalla pertenecía al Altísimo y llamó a YEHOVAH DIOS a defender su honor “no prevalezca contra ti el hombre”.
Versos del 11 al 14
YEHOVAH DIOS peleó en nombre del rey Asá y del reino de Judá, tan efectivamente que fueron deshechos delante de YEHOVAH DIOS y de su ejército.
No solo el pueblo de YEHOVAH DIOS fue librado de este peligro, sino que también se enriquecieron cuando ÉL peleó por ellos.
En este sentido, ellos fueron más que vencedores en que YEHOVAH DIOS fue el que peleó y ellos tuvieron parte en el botín.
El botín fue inmenso, porque la multitud era prodigiosa, ciertamente casi increíble, un millón de hombres en un lugar es casi demasiado para que la mente lo conciba, es evidente por todo el relato que el número era enorme y el botín grande.
Es en el círculo familiar de un hombre que su fidelidad es realmente puesta a prueba.
En este capítulo se evidencia que nuestra integridad es probada cuando no participamos del pecado de quienes mas amamos por el grado de proximidad, sino que somos una fuente de influencia para que ellos puedan acercarse a YEHOVAH.